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Maxime.

Intenté acercarme a Giada para poder hablar con ella y poder iniciar una conversación tranquila pero, Melissa apareció y le dijo algo que hizo que ella se enojara y luego se fue de la fiesta y ya no la vi más, así que me fui y ahora agradezco haberme ido temprano porque no tengo resaca, y pude levantarme temprano para ir a correr y luego venir a clases.

Giada está a mi lado mientras observo como intenta anotar lo que dice la profesora, pero de nada sirve ya que ni siquiera puede completar una oración, le quito el bolígrafo haciendo que ella intente hablar, pero niego con la cabeza y sigo escribiendo algunos conceptos importantes que dice la profesora y Giada me observa mientras lo hago.

Intento ignorar la manera en que me observa, y ella se da cuenta porque suelta una risita y empujo su pie por debajo de la mesa haciendo que ella me regrese el golpe y yo haga lo mismo, cuando ella está por regresarlo actuó primero y muevo mi pie para que ella no ensucie mi zapato.

—Pon atención —susurro.

—No me distraigas.

—Te veo en tu residencia a las cinco.

— ¿No se pude más tarde? —Arqueo una ceja ante su pregunta—, tengo que trabajar en la cafetería.

Asiento y miro de reojo a la maestra que nos observa mientras da la clase, es algo casual, pero me hace fruncir el ceño cruzando no aparta la mirada de nosotros durante un rato hasta que Giada se separa un poco de mí y lee lo que tiene en su libreta.

Al final de la clase le entrego la hoja con notas a Giada y ella me sonríe, le regreso el gesto y avanzo para salir del salón, pero la voz de la profesora me detiene y espera a que todos salgan e incluso le da una mirada a la italiana y niega con la cabeza.

—Escucha, Max, he escuchado varias cosas de esta chica Giada y no son muy buenas y bueno sus notas hablan por ella así que ten cuidado eres buen estudiante y no me gustaría que perdieras el rumbo.

—Estoy bien, no necesita preocuparse por mí.

— ¿Seguro? Ahora estás por empezar este nuevo proyecto y no quiero que te distraigas...

—Estoy bien, si solamente quiere hablar conmigo de eso no hay de qué preocuparse.

Ella sonríe y asiente.

—Te voy a mandar un nuevo correo, una empresa te quiere como pasante, es importante que te decidas por cuál.

Asiento y me despido de ella para irme a mi entrenamiento ya que el juego está cerca y tenemos que entregar más de lo normal.

Justo cuando salgo de los cambiadores veo que las chicas están en un partido demasiado intenso tanto que los chicos han olvidado entrenar y todos miran como va la pelota de un lado a otro. Observo como Giada se acomoda en su lugar y le da un fuerte golpe haciendo que la pelota llegue al equipo contrario sin dejar que esta caiga al suelo y este durante mucho tiempo en el aire.

Joder, sí que saben jugar.

Un sentimiento de orgullo aparece cuando veo que Giada da el golpe final para que el equipo contrario se le caiga la pelota.

Ella hace un baile tonto que me tiene apretando los labios para evitar sonreír al ver esa faceta suya, no quiero sentirme importante, pero creo que siente mi mirada entre todos los que estamos aquí y me observa, sonríe y regresa a lo suyo.

—Ya veo...si te gusta —la voz de Connor hace que lo voltee a ver.

—No me gusta.

—Estás loco por ella, aún recuerdo la primera vez que me preguntaste por ella.

Irresistible AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora