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Maxime

Los chicos chocan su copa contra la mía. Algunos chicos ingresaron alcohol y yo no perdí la oportunidad de pedir un poco y eso explica porque me siento de muy buen humor. La universidad ha hecho un gran trabajo con toda esa decoración.

Hay varios deportistas que han hecho una gran donación para los gimnasios y a pesar de todo eso, mi mente sigue ocupada pensando en que momento llegara Giada. Mis amigos se ríen de algo que dice Connor y yo solo los observo.

— ¿Escuchaste que hay planes de que remodelen el campo de rugby? —Habla Matt mientras golpea mi hombro y sonríe.

— ¿De verdad?

—Sí, habrá más posibilidades de que entren más chicos y así podamos ir a más torneos.

—Creo que ahora los envidio —dice Hunter—. Detesto que no hayamos pasado la temporada y no poder practicar hockey.

—Es que eres un idiota torpe —digo.

Mis amigos sonríen y miramos a las chicas de vóleibol que ríen con fuerza sobre lo que sea que le estén diciendo esos chicos de futbol, sigo observando de manera distraída a las chicas con la tonta esperanza de ver a Giada, pero no hay rastro de ella y no entiendo porque no ha venido, ¿estara evitándome? Frunzo el ceño y Hunter sigue mi mirada.

— ¿No vino tu chica?

—No es mi chica, es solo mi amiga.

— ¿La italiana? —Dice Matthew—. Es linda, ¿alguna vez les conté que en nuestro primer año nos dimos un beso?

Frunzo el ceño y lo observo sintiendo una inexplicable furia crecer en mí.

— ¿Qué dijiste? —Ladeo el rostro y trato de permanecer lo más neutral posible.

—Nos besamos y unas semanas antes de que iniciara el segundo año salimos y nos vimos en un festival y nos dimos un raro beso de...

—Vuelve a intentar besarla y te arrancare la maldita lengua —siseo.

Mis amigos se miran entre si y sueltan una risa baja.

—Es tu amiga —responde Connor—, ¿Habría algún problema en que él la vuelve a besar?

— ¡Me preocupo por ella! —murmuro—. Matthew mete su maldita lengua en todo.

—Perdón, creo que tú...

—Creo que ya tomamos de más —dice Hunter—Vamos, hay que ir a casa.

Como siempre Hunter siendo el razonable de todos, dejo la copa sobre la mesa y empiezo a caminar hacia la salida del nuevo gimnasio, me apresuro a salir del aquí y empiezo a caminar hacia la residencia ya que hemos venido caminando. Los chicos siguen riendo, pero yo estoy más concentrado en llegar a casa y poder dormir para olvidarme de todo.

⟡⟡⟡

Observo a Giada que muerde su lápiz, tiene una mueca de desconcierto, tal vez siente mi mirada porque me observa de reojo y se incorpora.

—Bien...no entiendo, ¿cómo se supone que debo de saber esto?

—Tal vez lo leíste bien.

Rueda sus ojos y se pone de pie.

—Ya no puedo más, de verdad...voy a reprobar.

—No vas a reprobar.

—Lo hare y mi vida se arruinara.

—Reprobar una materia no es el fin del mundo.

Se cruza de brazos y me observa con los ojos entrecerrados.

Irresistible AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora