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Giada 

El juego que nos abre lugar para ir a las regionales es pronto y hemos estado entrenado demasiado. Camino con rapidez hacia el gimnasio cuando me encuentro de enfrente a Edward, él sonríe y me observa, agradezco haberme puesto mi ropa de ejercicio porque parece gustarle lo que ve.

Sonrío y él me observa una vez más repasando mi cuerpo.

— ¿Vas a ir a entrenar?

—Sí, voy al gimnasio.

— ¿Y te sientes cómoda yendo así? Lo digo porque la mayoría de chicos que pasan te miran...bueno digamos que no es una mirada amistosa.

Mi sonrisa flaquea y observo mi atuendo.

—Ya me acostumbre...aparte me siento cómoda con mi cuerpo —me encojo de hombros y lo observo.

—Se nota —aprieta los labios—, bueno...me tengo que ir.

Asiento y me guiña un ojo mientras camina hacia atrás y luego se gira para caminar hacia la entrada del edificio, trago saliva y observo mis piernas, bueno tal vez tiene razón sobre mi atuendo. Ignoro la incomodidad que se apodera de mí y camino hacia el gimnasio al entrar veo a los chicos jugar basquetball, pero no les presto mucha atención porque me apresuro a dejar la mochila en las gradas y me acerco a mis compañeras que están estirando en el otro extremo de la cancha.

—Tenemos un chisme —susurra Melissa.

— ¿De quién? —Respondo mientras me siento y estiro mis piernas.

—El entrenador de los chicos miraba demasiado a la entrenadora y cuando ella se acercó al dispensador de agua, él también lo hizo y le dijo algo que hizo que la profesora lo insultara.

Abro la boca para decir algo, pero la entrenadora se acerca a nosotras y nos empieza a poner los ejercicios para que calentemos.

Hago los ejercicios que nos indica y quince minutos después estamos esperando a que los chicos terminen su juego para que nosotros ocupemos la cancha. Observo a los hombres pasarse la pelota y aprieto mis labios cuando Maxime falla el tiro y el entrenador lo regaña haciendo que él ruede sus ojos y cuando se mirada coincide con la mía, inocentemente dejo de respirar y lo observo mientras levanta un poco su playera dejando a la vista su abdomen marcado y se seca el rostro con la prenda haciendo que yo no pueda desviar la mirada de él, y Maxime lo sabe porque cuando acomoda su playera y me ve que lo sigo observando, sonríe y muerde ligeramente su labio y gira para ir hacia donde el entrenador le indica.

Debo de dejar de mirarlo de esa manera.

⟡⟡⟡

El entrenamiento fue una mierda, me duele el pulgar porque le pegue mal a la pelota y mis piernas se sienten pesadas mientras subo a mi habitación al abrir la puerta me sobresalto al ver a mi mejor amiga y ella sonríe.

— ¿Alguna vez te he dicho que amo tu colección de esferas?

— ¿Qué necesitas? —Arqueo la ceja mientras me adentro a mi cuarto y arrojo la maleta a la silla.

—Nada, solo estaba siendo amable.

Sonrío y me quito las botas, camino descalza hasta la cama y me arrojo al colchón.

— ¿Necesitas ayuda con tu cabello? ¿Quieres que te peine?

—No...solo necesito ayuda para...Connor me envió un mensaje a mi Instagram y quiere que nos veamos.

— ¿Tú quieres verlo?

—No lo sé, siento que es mucho para mí —arqueo una ceja y estoy por decirle algo, pero ella se adelanta hablar—, no me quiero menospreciar, pero siempre que pienso en una pareja para ese tipo de chicos pienso en alguien como tú, como Melissa...

Irresistible AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora