Capítulo 2: El Traslador

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Capitulo dedicado a:

FerRutter; disfrútenlo...

—Ron ¿tienes idea de a donde vamos? —pregunto Harry.

Hemos estado caminando dentro del bosque sin ningún rumbo, solo seguíamos recto como si una línea invisible nos guiara hacia adelante. Ni Ron ni el mismo señor Arthur sabían nuestro destino final. Nadie sabia a donde debíamos ir, pero aun así caminábamos. Esto simplemente era extraño.

—Arthur, ya era tiempo de que llegaran —una desconocida voz detuvo nuestra caminata. Un hombre de baja estatura y lentes se encontraba más adelante que nosotros. A simple vista parecía una simpática persona.

—Lo siento Amos, pero hubo algunos que se quedaron dormidos —respondio mirando de reojo a Harry y a su hijo, la verdad era que Hermione tuvo que volver a subir para despertarlos y bajarlos de las orejas, porque ambos jóvenes se volvieron a dormir.

Yo les advertí que algo así podría suceder, pero no me escucharon.

—El es Amos Diggory, amigos —nos presento el señor Weasley—. Trabaja conmigo en el ministerio —explico. Fijando nuestra vista sobre el mencionado amigo, otra sombra aparecio de la nada. Un joven alto, de tez clara, ojos grises y un cabello castaño oscuro se posicionó al lado del hombre de baja estatura—. Y este joven debe ser Cedric ¿No es así?

—Sí señor —asintió el joven—. El resto del camino es por aquí —indico esperando que lo siguieramos.

El joven que respondia al nombre de Cedric, era realmente lindo. No podia negarlo.

—_______... ¡Hey! —Ginny me sacudio del hombro—. Deja de mirarlo tanto o lo vas a gastar —se burlo.

—A poco no lo han visto —solte algo embobada.

—Sí, pero no lo hagas tan obvio —susurro Hermione, quién me daba leves empujones para que caminara.

Siguiendo las indicaciones del señor Amos y su hijo, logramos continuar con el camino hasta salir de aquel bosque. Llegamos a una colina en donde un extraño objeto no esperaba.

Esperen... Es eso ¿una bota?

—No debemos llegar tarde —dijo el papá de Ron.

—Sí, hay que darnos prisa, casi no hay tiempo. Colóquense todos en circulo —ordeno el señor Amos y así lo hicimos.

— ¿Qué es eso esto? —pregunte sin entender porque le daban tanta importancia a una simple bota.

—Las apariencias engañan ______, eso de ahí es un traslador —me explico Hermione.

—Aah... ¿Y qué es un traslador? —volví a preguntar.

—Es hora de irnos —anuncio el señor Arthur impidiendo que pudiera escuchar una respuesta.

Así contaron hasta tres para que el traslador se activara. Nadie me explico como funcionaba ese objeto, pero no fue necesario preguntar. La experiencia lo decia todo. Era como estar en un carrusel a mucha velocidad y sin correas de protección. No se podía ver nada en ese huracán mágico pero la extraña sensación de estar flotando era algo que no podía ignorar y por un momento sentí temor de soltar la bota.

Estos objetos magicos, nunca dejan de sorprenderme.

— ¡Suéltenla! —distinguí la voz del señor Arthur en pleno huracán.

— ¿Qué? —la idea de salir volando por los aires sin dirección fija y sin un buen paracaídas, me aterraba.

Siempre quise hacer paracaidismo desde esas avionetas como lo hacían en un programa de televisión que vi pero esto era diferente y aterrador, empezando por la seguridad.

El Don De La Hechicera (Harry Potter) #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora