El hijo de Canuto (Harry Potter y el prisionero de Azkaban versión oc)

CAPÍTULO 7

Feliz cumpleaños.

Astian había pedido que la envolvieran como un regalo,se veía
muy lindo, estaba dentro de una bolsa que llevaba dibujada una
escoba que hacía varias volteretas como si estuviera en el aire,
con ayuda de Tonks había estampado en la bolsa «¡Feliz
cumpleaños, Harry!».
Habían salido de la tienda cuando Astian chocó accidentalmente
con alguien, él cayó al suelo y la bolsa al lado de él.
–Lo lamento mucho, déjame ayudar.– Astian miró con quién
había chocado mientras Tonks lo ayudaba a levantarse, se
sorprendió mucho al ver que era Harry, esté estaba viendo la bolsa, ahora sentía algo de vergüenza.
–Ho... Hola Harry, al parecer me has ahorrado el trabajo de darte
tu regalo.– se rió un poco nervioso, vió hacia el suelo y se
encontró a Will pasando entre las piernas de Harry y lo tomó entre sus brazos.
–Parece que no solo le agradas a las serpientes...–
Ahora Harry se acordaba mejor de aquel chico, en el curso
anterior cuando una enorme víbora había intentado atacar a uno de sus compañeros de Hufflepuff pero él le habia dicho a la serpiente que no lo hiciera en lo que descubrió se llamaba Parsel, el único que le creyó, ya que lo había escuchado y entendido era esté chico, también le había dicho a Hermione que escuchaba algunas voces
que parecían venir de la pared, igual que él las escuchaba, al final
había resultado que era un Basilisco.
–Eres... Astian B. Lupin. ¿Cierto? Eres amigo de Hermione–
sonrió al recordarlo.
–S...Si, soy yo– era algo raro que lo recordara como «El amigo de
Hermione» supongo que a sus amigos los conocen como «Los
amigos de el famoso Harry Potter»
–Pero... ¿Por qué el regalo?– miró extrañado la bolsa, que
claramente decía «¡Feliz cumpleaños, Harry!» se sentía algo
estúpido, era obvio que por su cumpleaños pero... Usualmente los
únicos que le daban algo eran sus amigos, como Hermione, Ron y
Hagrid, y que él recordara no era muy unido a aquel chico.
–Bueno...– dijó alargando las palabras. –Creo que ambos
tenemos algunas cosas en común y me gustaría que nos
lleváramos un poco más, si no te molesta claro, por ahora toma
esto como una ofrenda de amistad– Le dió una sonrisa amable y
sincera.
–Yo... Muchas gracias. Espero verte cuando regresemos a
Hogwarts– también le dió una sonrisa, por primera vez sentía que alguien le hablaba no por ser famoso o dirigía desde el primer
momento su mirada a su frente buscando su cicatriz, era algo
raro pero tal vez no era mala idea que fueran amigos, vió alejarse al chico de ojos azules que iba acompañado por una mujer de
cabello rojo vivo, se veia muy joven para ser su madre, tal vez era su hermana, pero si de algo estaba completamente seguro, era
que si la Tía Petunia la viera, se escandalizaria demasiado por aquel llamativo color, veía como se despedía de él con la mano.
Dirigió su mirada de nuevo a la bolsa, había notado la pequeña escoba paseandose por todo el frente, su mirada fue a la tienda, lo
más probable es que acabará de comprarlo.
Agradecia el regalo aunque esperaba que no fuera lo mismo que le
había dado Hermione. Aún algo confundido decidió regresar al
caldero Chorreante para ver lo que contenía.

Astian y Tonks fueron a algunas tiendas de ropa muggle, algunos lugares
donde vendían todo tipo de cosas para mascotas, Astian estaba decidido a consentir mucho a su nuevo compañero, Tonks le hizo
otro regalo, que era para ambos: era un collar con un dije a dúo
con el de ella, él tenía una pequeña Luna y ella un sol, decía que
cada que uno pensará en el otro y tocará el colgante, el de la otra
persona brillaría.
A Astian le parecía algo muy lindo y sentimental,
verdaderamente no sabría que haría sin Tonks, (que aparte de ser su mejor amiga, técnicamente también era de su familia).

Después de estar llenos de compras innecesariamente necesarias
decidieron regresar a casa, Astian se negaba por completo a subir
de nuevo al autobús, así que tuvieron que ir en metro, la mayoría de gente los veía raro, aunque no sabía si era
por todo lo que llevaban o por qué no pasaban ni dos segundos
sin que se rieran.

Llegaron a la casa de la familia Black, por alguna razón no
había señales de Kreacher, Tonks le había dicho que se quedaría
unos días con él hasta que entrara de nuevo al colegio, esto hacia
muy feliz a Astian, le dijó que podía quedarse en la habitación que
quisiera (Aunque de todas maneras sabían que por las noches se
escabullirian a la habitación del otro para quedarse hasta la madrugada platicando o jugando).
Dejaron sus compras en la sala, decidieron preparar algo de
comer juntos (claramente lo haría Astian si no quería que su cocina terminará en llamas) y luego verían todo lo que compraron.

Así pasaron los días rápido, Astian se la pasaba de maravilla con Tonks y el pequeño Will, ni siquiera se acordaba del "Peligro
que corría'' y evidentemente tampoco recordaba que su padre sería su nuevo profesor de Defensa Contra las Artes Oscuras, hasta
que llegó un día antes de tener que tomar el expreso a hogwarts.

Astian estaba en su habitación con Tonks, acomodando todas sus
cosas en su baúl.
–Al parecer ni siquiera me extrañaron.– rápidamente Astian volteó hacia el marco de la puerta donde estaba recargado su
padre y corrió a abrazarlo, no le preguntó dónde estaba ni que hacía, sabría que no le diría y esquivaria el tema.
–¿Y está bola de pelos quién es?– dijo al ver al gato ronroneando mientras frotaba su cabeza contra sus piernas, Astian lo tomó
para cargarlo.
–Ha sido un regalo de Tonks, se llama William, dile Will, ¿Es muy lindo verdad?– acercó al felino a la cara de su padre, este solo se
rió al ver la felicidad de el chico, principalmente por eso le había pedido a Tonks que pasara unos días con su hijo, sabía que se
llevaban muy bien y eso lo distraería mucho sobre el escape de Sirius.

–¿Listo para enfrentarte contra el montón de adolescentes,
Lupin?– finalmente habló la chica que ahora tenía el cabello azul,
liso y atado en una coleta con un flequillo suelto largo.
–Se que todo saldrá bien, si olvido algo le pediré ayuda a mi pequeño asistente– revolvio el cabello de su hijo.
–A que no adivinas a quién he visto en el callejón Diagon– y así le contó a su padre como se había encontrado con Harry, había
chocado con él y le había comprado un regalo, le habló sobre su aventura que no quería volver a vivir en mucho tiempo en el
autobús Noctámbulo, tampoco se le escapó el detalle de el monstruoso libro y que tuvo que dejarle una propina al hombre
de la librería, también le había comprado algo a él, con ayuda de Tonks le había escogido una túnica nueva para empezar con algo
para estrenar su nuevo cargo de profesor.
Hace mucho Remulus no veía así de contento a su hijo.

Llegada la
noche, Tonks y él lo dejaron dormido en su habitación junto al
pequeño Will.

–Bien Lupin, ahora sí, cuéntame sobre Sirius.–