CAPÍTULO 18

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Clases Antidementores

Pasaron unos cuantos días, Harry quería pedirle ayuda a Astian, la profesora McGonagall había confiscado la escoba nueva que le había regalado al mantenerse firme con la promesa de no decir de quién era, Hermione le contó a la profesora ya que pensaba que podía llegar a ser de Sirius Black y posiblemente estar hechizada, pero por algún motivo no lo encontraba por ningún lado, en la biblioteca, en la cabaña de Hagrid, en ningún salón o torre, incluso le pregunto a el profesor Flitwick, McGonagall y hasta a Snape, pero le decían que desconocían la información, algo que también notó es que el profesor Lupin tampoco había regresado, tal vez habían salido a disfrutar de los últimos días y el año nuevo, pero al parecer nadie sabía dónde estaba o no querían decirlo.

Ya habían terminado las vacaciones, todos los alumnos regresaban, y había vuelto a ver a Astian pero muy rápidamente, este tenía un aspecto de cansancio, estaba pálido y algo ojeroso, se veía igual que su padre en otras ocasiones, quizá lo estuvo cuidando mucho, Harry prefirió dejarlo descansar antes de molestarlo para que lo ayudará a recuperar la Saeta de Fuego.

La mañana de inicio de clases lo vió entrando por el comedor se veía mucho mejor e iba conversando con una chica de cabello rojo rizado, ojos verdes y piel negra, era muy linda, creía recordar se llamaba Lia, sin perder tiempo fue corriendo hacia él.

–Hola Harry, ¿Qué tal tus vacaciones?– lo saludó Lía.

–Hola, bien gracias, ¿Puedo robarte a Astian un momento? Tengo que hablar con él– la chica los miró confundida y luego sonrió.

–Esta bien, te lo presto pero no sé tarden.– ella se fue a sentar, Astian se quedó y lo volteó a ver.

–¿Qué sucede, Harry? ¿Todo bien?– hablaba con su
acostumbrado tono calmado, Harry lo tomó de un brazo y alejó poco de la gente, pudo notar la cara de asustado, ¿Por qué
siempre que hablaban o estaba cerca, el chico se veía
preocupado? En la comida de navidad recuerda ver cómo temblaba un poco cuando le dirigió la palabra.

–Es la Profesora McGonagall... Me ha confiscado la escoba, cree
que... Podría estar hechizada y que es muy sospechoso.– Astian soltó una risa, ya se imaginaba por qué.

–No te preocupes, hablaré con ella hoy, Harry, si todavía no le ha hecho nada te la regresará pronto.– el chico le sonrió y se fue, Harry no sabía cómo lograría convencerla, la profesora McGonagall no era alguien fácil con quién tratar.

Astian aprovecho cuando tuvo clase de Transformación, al sonar
el timbre todos salieron a excepción de él.

–Profesora, ¿Puedo hablar con usted?– la profesora se exaltó un poco, aún se sentía mal por lo que habían dicho ella y sus compañeros en las tres escobas sin saber que él se encontraba ahí.

–¿Si, Astian?– la mujer lo miró guardando la calma esperando que no le dijera nada sobre ese día.

–Es sobre la escoba de Harry... no, no vengo a abogar para que la
devuelva sin una prueba– aclaro antes de que ella le dijera que no era el primero.

–Vengo a quitar sus sospechas...– la Profesora lo vió con los ojos muy abiertos y se acomodo en su lugar para escucharlo.

–He sido yo quien le ha dado la escoba pero le pedí que no le dijera a nadie, como sabe ambos estamos en el equipo de Quidditch de nuestras casas y tendremos un enfrentamiento
próximamente, sería demasiado extraño que yo le diera más armas para ganar contra nosotros.– a la profesora le sonaba algo
razonable.

El hijo de Canuto (Harry Potter y el prisionero de Azkaban versión oc)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora