Paseos nocturnosYa habían pasado algunos días, Astian y su padre intentaban evitar a más no poder el tema de Sirius, y no por qué su hijo no quisiera hablarlo, si no que cada que el chico intentaba al menos hacer una pregunta sobre eso su padre le daba la vuelta completamente con otro tema como si pudiera leer su mente y saber de qué hablaría, si Astian quería mínimamente crear alguna hipótesis de cómo escapó Sirius, terminaba hablando sobre la escuela y el nuevo puesto de su padre.
–Que no te de vergüenza ser hijo de tu profesor, no tendré favoritismos para que tus compañeros no te molesten.– Aunque fuera profesor o no, sus compañeros lo seguirían tratando como un bicho raro. –Tal vez tenga que dejarte trabajos extras o regresarte algunos deberes para que crean que realmente no te ayudo más a ti...– añadió Lupin dirigiendo su mirada a un libro, parece que se tomaba muy enserio este nuevo trabajo, se veía tan perdido entre las páginas, que ni siquiera pudo notar la cara de susto de su hijo, pero se la podía imaginar ya que soltó una pequeña risa y por primera vez lo vió, sabía que las buena notas eran muy importantes para él.
–¡Eso es una injusticia! No puedes hacer eso, de seguro también les vas a regalar puntos a Gryffindor solo para que no piensen que tienes favoritismos con Slytherin por qué yo estoy ahí...– Algo que realmente nunca le agrado, a pesar de llevar dos cursos en esa casa. Parecia que fue ayer cuando la profesora McGonagall lo llamó e hizo que se sentará en un banquillo para ponerle un sombrero que se veía más viejo y remendado que la túnica que su padre se negaba a cambiar, tenía tanta emoción de que el sombrero seleccionador lo mandara a Gryffindor como a sus padres que sintió que la sangre se le iba a los pies y el corazón se le rompía cuando el sombrero gritó «Slytherin» como si el tiempo se hubiera detenido se quedó quieto en el banco mientras la mesa de color verde y plateado aplaudía, ese día se sentía tan decepcionado de si mismo que Remulus aún recuerda las miles de cartas sumamente largas que le mandaba su hijo al menos cada semana disculpándose ampliamente y con un severo remordimiento que él no sabía si reír o llorar por la inocencia de su pequeño Astian, tuvo que darle un discurso tan largo y motivador sobre que no importaba en que casa hubiera quedado, que los sermones de Dumbledore se quedaban como simples palabras de una carta de felicitación comprada en una tienda de autoservicio, «el mago es quién le da honor a su casa, un simple nombre o lugar no te describe ni te hace mejor o peor, no vas a ser un mortífago solo por estar en Slytherin» le repetía mientras su, en aquel entonces más pequeño hijo, lloraba a cántaros abrazado a su padre por sentir que algo había hecho mal para estar en Slytherin. Hasta el día de hoy intenta convencer a la profesora McGonagall de que le ponga el sombrero de nuevo o lo cambie de casa, incluso trato de sobornarla con galletas, pantunflas y batas de tela escocesa, pero todo fue en vano.–Oye, no solo se trata de perder puntos, se más positivo, Cachorro. Eres inteligente, fácilmente podrías ganar cincuenta puntos en mi materia.- le dió una sonrisa a su hijo.
–Claro, no me queda de otra... Si no puedes con el enemigo unetele, tal vez si ganamos la copa de la casa mis compañeros ya no me odien tanto.– se rió sarcásticamente en un resoplido.
–Muy Black de tu parte ser tan sarcástico.– por primera vez Lupin había mencionado el apellido de su esposo, esto le dió una pizca de esperanza para hablar sobre su padre a Astian, pero enseguida Remulus le cortó las alas.
–Bueno, ya es algo tarde, creo que deberías ir a la cama– miró su reloj, era evidente que solo quería evitar otro intento de conversación sobre Sirius ya que realmente no era tan tarde.
–Si querías deshacerte de mí sólo lo hubieras dicho, Buenas noches, padre.– dijo con indiferencia pero sin dejar de ser amable, si algo lo caracteriza mucho es que siempre decía lo que pensaba sin miedo y era muy directo, algo que tal vez estaría bien pero a su padre le preocupaba eso, ciertamente por esa… cualidad, llegaba a meterse en problemas con muchas personas.
Lupin solo suspiró y siguió leyendo mientras su hijo subía por las escaleras.Astian llegó a su cuarto, no estaba enojado, en el fondo entendía a su papá, pero eso no mejoraba el hecho de que él si pensaba todos los días en aquel hombre amable y amoroso de cabello largo, negro y quebrado, rostro calmado y feliz, él se quedaba con la versión que tenía en fotos, no en la que veía en "El Profeta". Caminó hasta el marco de la ventana y recargó sus brazos en él, miró hacia el cielo, oscuro y estrellado, le daba bastante tranquilidad.
–Tal vez esto sea algo estúpido pero... Necesito distracción– ahora en la ventana estaba una lechuza blanca con algunas plumas negras, grandes ojos azules y brillantes que reflejaban las luces de la calle, está extendió sus alas y salió por la ventana.
Extrañaba sentir el aire fresco y nocturno al volar, tenía los ojos cerrados pero los abrió y los dirigió al suelo, buscando algo... O alguien.Pudo ver un ejemplar de "El profeta", realmente él no lo había leído desde que le dió un fugaz vistazo el día que se enteró que su papá había escapado, si de algo se encargaba Remulus era de que no llegara ninguna noticia, periódico o cualquier cosa que hablara sobre los recientes acontecimientos que estremecían al mundo tanto mágico como muggle, bajó hasta aquel cubo de basura parándose frente al papel, iba a leerlo, pero sentía que alguien lo observaba, abrió los ojos en alerta, a lo lejos pudo ver dos luces pequeñas, que daban la impresión de ser ojos, su corazón latía a mil, iba a acercarse cuando de la nada salió un pequeño gato peludo de el cubo de basura asustando más al ave, antes de que sucediera otra cosa emprendió vuelo llevando firmemente entre sus patas aquel periódico.
Llegó de nuevo hasta la ventana, intentando no hacer ruido y cuidando que nadie lo viera entró al mismo tiempo que se transformaba de nuevo. Cerró la puerta con llave y se sentó en la cama dispuesto a leer lo que había traído consigo.
«BLACK SIGUE SUELTO»
El Ministerio de Magia confirmó ayer que Sirius Black, tal vez el más malvado recluso que haya albergado la fortaleza de Azkaban, aún no ha sido capturado... "Black está loco y supone un serio peligro para cualquiera que se tropiece con él..." Astian leyó lo último con enojo e incredulidad.
–Son un montón de estupideces–
Aventó el ejemplar debajo de su cama y escuchó los pasos de alguien.
–Asi, mañana irás a comprar todo lo necesario con Tonks, yo tengo que salir...– hablaba desde el otro lado de la puerta, pero jamás intentó abrirla.
–Está bien, papá, suerte con... Tus cosas– dijo algo confundido ya que no sabía qué decirle.
–Descansa hijo... Te quiero–
Escuchó los pasos alejarse.Al menos mañana tendría algo para distraerse, le gustaba ir con Tonks, ella era muy buena amiga de su padre, era graciosa y amable, siempre después de comprar los libros Iban a tontear por las tiendas a ver todo lo que él quisiera, sabía que con ella si podría hablar sobre Sirius, ahora solo se preguntaba qué aspecto tendría Tonks, ella era una metamorfomaga, así que casi diario cambiaba su aspecto físico, era emocionante verla hacer esos cambios.
Astian se metió a la cama pensando que mañana sería un gran día.
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El hijo de Canuto (Harry Potter y el prisionero de Azkaban versión oc)
FanficAstian Black, hijo de Sirius Black y Remus Lupin, descubre que su padre ha escapado de Azkaban, siendo el único que cree en la inocencia de él tiene que soportar que todos lo señalen como el hijo de un asesino, haciendo nuevos amigos y creando nuevo...