CAPÍTULO 2

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El regreso inesperado

Astian recordaba que hoy era el cumpleaños de Harry, pero no sabía si debía mandarle algo, ¿Estaría bien? Después de todo... No eran tan cercanos,
-Bueno, por algo se empieza.- se dijo a sí mismo, pensaba en comprarle algo cuando fuera al callejón Diagon a comprar todo lo necesario para regresar a la escuela.

Entró a la cocina donde Kreacher le hizo una reverencia tan exagerada e innecesaria (desde el punto de vista de Astian), que su puntiaguda y larga nariz tocaba el suelo.
-Buenos Días, amo, por favor siéntese, déjeme servirle el desayuno- Dijo el elfo.
-S..si, gracias Kreacher-
Se sentó en la mesa, la verdad no le gustaba mucho que Kreacher fuera quien le sirviera su desayuno pero sabía que si le decía que no, este se ofendería, así que no tuvo opción.

Justo el elfo le había servido un vaso de zumo de naranja, huevos con tocino y tenía pan tostado en la mesa. Astian iba a comenzar a desayunar después de agradecer cuando escuchó la puerta, justamente tenía la carta de autorización para ir a Hogsmeade que debía de firmar su padre, vió como iba entrando por la puerta un hombre alto de cabello castaño con algunas canas, delgado que aparentaba más edad de la que tenía, se veía mejor que la última vez, era lo mismo cada vez que se acercaba una luna llena, su padre desaparecía unos cuantos días, a veces él lo acompañaba pero está vez su papá le había insistido en quedarse en casa.
-¡Papá, qué bueno que ya estás aquí! Necesito que me firmes un permiso para poder ir a Hogsmeade...-
Le iba relatando todo mientras lo acompañaba de la sala a la cocina.
-¿Estás bien? Te vez algo pálido- Miro hacia las manos de su padre, tenía un papel en la mano agarrado fuertemente, ayudó a su padre a sentarse, Kreacher de mala gana puso una taza de café en la mesa frente al hombre.
Astian veía sumamente preocupado a su papá, este estaba completamente callado y aún apretaba lo que después de ver bien parecía un periódico.
-E... estoy bien, Asi- Dijo finalmente Remulus parpadeando varias veces como si intentará salir de un trance, miró a los ojos azules a su hijo y sonrió.
-¿Qué me decías sobre un permiso?-
Mágicamente parecía como si nada hubiera pasado.
-Yo...- el que parecía ahora confundido y en trance era el pequeño Black, sacudió la cabeza intentando regresar a su idea principal, se alejó de su padre y se sentó de nuevo en su silla, Remus tomó un sorbo de café sin quitar la mirada de su hijo esperando que continuará con su plática principal.
-Te... Te decía que al parecer los alumnos de tercero en algunos fines de semana podemos ir al pueblo de Hogsmeade y yo...- tomó el papel que tenía a un lado y lo extendió por la mesa hacia su padre.
-Quería pedirte que lo firmaras por favor, es necesario que mis padres o tutor acepten y firmen... Y como tú eres mi padre y tutor...- pudo soltar una pequeña risa que aligeró el ambiente de hace un momento.
Remulus analizó el papel frente a él, leyéndolo con cuidado.
-No lo sé, cachorro...- tenía la costumbre de decirle así.
-Sabes... En estos días es algo peligroso estar afuera- Astian abrió los ojos por completo, nunca había escuchado a su papá decirle eso, la mayoría de veces él era quien le decía que debía de salir más ahora que puede y no estar encerrado, aveces Astian lo hacía, pero no en su forma humana, él era un animago, era de los únicos que podían transformarse en dos animales, uno que estaba registrado, una lechuza blanca con algunas plumas negras de el color de su cabello, que le sorprendió mucho que fuera de este color, ya que su cabello es completamente negro como el de Sirius pero liso como el de Lupin, cuando vío a Hedwig (la lechuza de Harry) no pudo evitar pensar que eran muy parecidos, y la otra de la cual casi nadie sabía, era una serpiente que por algún motivo está si era de color negro, a esta le había puesto nombre: Vasyl. A veces salía por la ventana en la noche o se usaba a sí mismo como medio de correo.

Lupin miró de nuevo a su hijo.
-Está bien. - suspiro y con ayuda de su varita atrajo una pluma y un tintero hacia la mesa.
-Solo prometeme que no te meteras en ningún problema- habló seriamente, pero Astian soltó una pequeña risa irónica.
-Claro, cómo me encanta ir de un lado a otro y metiéndome en todo tipo de líos, sobre todo como tengo muchísimos amigos...- miró a la cara a su padre, este estaba bastante serio.
-Lo... Lo prometo- lo había puesto algo nervioso, ¿Acaso habría visto algo en el periódico¿, ¿Qué sería lo que había tenido que ver como para ponerse así? Salió de sus pensamientos cuando su padre le regreso el permiso ya firmado. El sonrió y lo abrazó, se dió cuenta que finalmente había soltado el papel y rápidamente él lo tomó.
-¡Ajá! Ahora veremos por qué estás tan raro-
Los ojos de Astian se abrieron como platos, lo único que pudo ver antes de que su padre le arrancara la hoja de las manos fue a un hombre demacrado de aspecto cadaverico, con el cabello negro como la noche, revuelto y tan largo casi hasta los codos, con una mirada tan profunda y fría que solo unos segundos que se sintieron como una eternidad, bastaron para grabarsele en la mente, pero lo que menos había podido ignorar eran las grandes palabras negras «EL ASESINO SIRIUS BLACK HA ESCAPADO DE AZKABAN»
-¿Co... Cómo? - los ojos se le llenaron de lágrimas y estaba temblando.
Su padre lo abrazó con fuerza.
-Ven... Vendrá a buscarnos... ¿Verdad?-
Astian intentaba formar una sonrisa pero en realidad... Un miedo gigantesco lo atrapaba y crecía a cada segundo dentro de él.
-Astian... Debo contarte algo-

El hijo de Canuto (Harry Potter y el prisionero de Azkaban versión oc)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora