𝐍𝐄𝐖 𝐑𝐎𝐌𝐀𝐍𝐓𝐈𝐂𝐒 | ❛ podría construir un castillo con todos los ladrillos que me lanzaron... cada día es una batalla, pero cada noche con nosotros es un sueño. ❜
España era el actual centro de atención del mundo entero. Con dos jóvenes pro...
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LOS PARPADOS ADORMILADOS DE ALESSIA SE ABRIERON, dejando a la vista aquel par de hermosos ojos miel, que se vieron obligados a luchar contra la tortuosa luz del sol que se estaba colando por el hueco de entre la ventana y las cortinas.
Su móvil había estado sonando toda la mañana, sin embargo a las nueve decidió ponerlo en modo silencio con la intención de seguir aprovechando esa calidez y comodidad que le brindaban los brazos de Pablo.
Pasado el medio día, sin apartar el abrazo del futbolista, tomó su teléfono entre sus manos, para descubrir quién era la persona que había estado llenándola de mensajes.
—Mierda —exclamó ella, abriendo sus ojos y apoyando su codo contra el colchón para levantarse y poder observar con mayor atención a la conversación virtual que se reflejaba en su móvil—. ¡Mierda!
Puso sus manos en su cabeza maldiciéndose internamente por olvidar las cosas de suma importancia, y se lamió los labios para después sacar sus piernas y apoyarse en el piso, escuchando un gruñido somnoliento de Gavi.
Con todos los mensajes de su manager, se había olvidado por completo sobre la presencia de Pablo.
—¿Adónde vas? —preguntó él, extendiendo su brazo para agarrarla de la mano e impedir su escape—. Regresa.
Ella volteó, y mientras intercalaba su mirada entre su móvil y el chico de cabellos alborotados y ojos entrecerrados por el sueño, sintió como una sonrisa enternecida se escapaba de sus labios.
Sacudió su cabeza y se deshizo del agarre de Pablo, haciéndolo fruncir el ceño y los labios en forma de berrinche. Alessia se paró y con mucha prisa comenzó a rebuscar entre sus cosas algo cómodo que fuera lo suficientemente elegante para presentarse en una reunión laboral.
—Lo siento, pero me he quedado dormida y tengo la reunión del contrato...
—¿Vas a firmar un contrato?
La cabeza de Alessia se alzó en busca de la mirada del castaño. Con el apuro de Curtis, no había pensado en eso, ya que su mente estaba ocupada apurándola por la tardanza.
Él se reincorporó por completo, quedando sentado con lo pies sobre el piso.
—¿Alessia?
Tragó saliva y dejó caer la prenda que tenía en la mano. No tenía una respuesta. Habían pasado tantas cosas que sentía que su cerebro explotaría en cualquier momento por culpa del estrés. El chantaje de Kane y Scoville, la fiesta montada por Ariadna, la confesión de Pablo, la insistencia de Curtis.
