La Mujer de Mármol

121 10 3
                                    

Cuando la guerra entre el Este y el Oeste acabó, el líder del partido nacionalista de Ostania asumió la culpa por el incidente, tras lo cual, Donovan Desmond y su esposa Melinda fueron encarcelados.

Los primeros días de Melinda en aquella cárcel westaliana fueron... complicados por no dar más detalles, al ser una prisionera política de un país enemigo en un jaula llena de criminales que al final de todo eran fieles a su país.

Caminaba por los pasillos rodeada de todos estos criminales peligrosos, firme como un pilar de mármol sin dejar que nadie la intimide...

—¡VOY A MATARTE! —Le gritaba un criminal intentando alcanzarla.

—¡POR TU CULPA PERDÍ A MI ESPOSO! —Exclamaba una mujer detrás de la celda.

Los guardias estaban obligados a vigilarla y mantenerla segura sabiendo que cualquier incidente los puede poner a ellos en la mira del gobierno, los del oeste no podían darse el lujo de perder un pieza tan valiosa como lo era esta mujer, una mina de oro de información sobre Donovan.

Así que en ese sentido estaba a salvo, por lo menos la mayor parte del tiempo, pero habían criminales inteligentes, que aprovechaban el cambio de turno de los guardias para acercarse a ella con un arma improvisada.

Pero Melinda seguía firme, tranquilamente se tomaba el jugo de su almuerzo mirando el paisaje fuera de las instalaciones, sentada en una banca en el parque trasero.

—Tu país es hermoso, sus praderas y colinas me recuerdan a las que están en las afueras de berlint...

—Vas a morir Melinda Desmond... —El criminal apretaba esa arma punzo-cortante con fuerza.

—Cuando nació mi primer hijo... quise llevarlo a aquellas colinas, verlo crecer en un ambiente pacífico, tal vez quedarme un tiempo en una pintoresca casa y alimentarlo con las pocas recetas caseras que me sé...

—Por tu culpa perdí a mi hijo, el estaba en esa caldera trabajando honestamente...

—Pero yo era la esposa de un hombre poderoso, habían presiones, deberes que cumplir, así que mi hijo creció en una mansión, rodeado de toda clase de lujos, que al poco tiempo, te vuelven indolente a los demás...

—«¿Que le pasa a esta mujer?»

—Tuve otra oportunidad con mi segundo hijo, y de nuevo fallé, pero algo era diferente en mi Damian, el deseaba que estuviéramos unidos, anhelaba la aprobación y el cariño de su familia, aunque llegara a desarrollar la arrogancia de un niño rico, en el fondo es un muchacho dulce que ama a su familia, solo necesita de la persona correcta que saque a relucir ese lado...

—¡De que demonios estás hablando mujer!

—Te estoy contando la única parte vulnerable de mi ser, mis dos muchachos son mi única debilidad, y como no están aquí, no hay forma en la que puedas quebrarme —Su voz melancólica desapareció.

—¡Te mataré! —Iba a atacarla, hasta que la mujer volteó.

Fue ahí donde entendió lo que decía, en la mirada de Melinda no había un solo indicio de miedo, y en sus ojos se veía una voluntad forjada a fuego.

—Tu nunca sabrás lo que se siente, sacrificar lo más sagrado para cuidar algo más grande, tu eras responsable de ese muchacho, yo de todo un país, cientos de miles de vidas tan valiosas como la tuya o la de tu hijo, alguien como tú, no sabría soportar esa presión... Me culpas de tu pérdida, pero en el fondo sabes que te estás engañando, yo no maté a tu hijo, solo necesitas a alguien para vengarte, pero lo lamento, no seré esa persona, por qué algún día volveré a ver a mis muchachos y nadie me lo impedirá ¿Lo entiendes?

Spy x Family PropositosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora