Spy x Family Propositos

La Calma Antes de la Tormenta

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Volver a ver a mi madre tras 16 años fue algo maravilloso, se siente raro decirlo de esa forma...

Es como decir "No he hablado con mi hermano en 25 años" te hace sentir viejo aunque solo tenga 23.

Fueron un tiempo bastante largo, y ocurrieron muchas cosas en ese intervalo...

Mi padre se entregó al oeste y lo condenaron a 28 años, condena que cumple hasta el día de hoy, mi madre fue condenada a 16 años, pudiendo apelar para un arresto domiciliario.

Desde ese momento, prácticamente no volví a saber nada de ellos, mi madre era un poco más abierta y de vez en cuando nos enviaba cartas a mi hermano y a mí, por lo menos eso nos daba la certeza de que no nos olvidó.

Demetrius y yo decidimos no lamentarnos y hacer algo para que el apellido Desmond no perdiera su prestigio.

Así que tan pronto mi hermano se graduó, comenzó a manejar el capital de nuestra familia, se habían perdido muchos socios que se desligaron para protegerse, pero los pocos que se quedaron con nosotros nos permitieron progresar.

Yo mientras tanto debía seguir estudiando, mi hermano esperaba que yo trabajara con el, así que las presiones que ya tenía como un Desmond no cambiaron, solo se alteraron sus motivos.

Logré graduarme cómo escolar imperial, fui a una buena universidad, pero desde que salí de Edén ya estaba trabajando con mi hermano como vicepresidente de la fundación Desmond, dedicada a la restauración y progreso del país desde distintos medios.

Pero no es el momento de pensar en el trabajo, pues mi Madre está conmigo y por una razón más importante, voy a casarme.

Mi prometida Anya Forger, para mí la mujer más hermosa del mundo, haría lo que fuera para que sea feliz y por eso tan pronto aceptó mi propuesta de matrimonio, decidí que fuera en un lugar placentero, por lo que decidimos irnos a Santorini, Grecia.

Ya habíamos estado antes en una isla paradisíaca pero como refugiados no como turistas, sería un viaje de tan solo 5 días, nada podría salir mal.

—Cielo ¿Necesitas ayuda con las maletas? —Me preguntó mi prometida.

—No te preocupes Anya puedo sólo... —Decia mientras prácticamente arrastraba nuestras maletas y las de mi madre.

Yo era el menos adormilado del grupo, puesto que queriamos un viaje cómodo hasta la isla, nos fuimos en avión hasta Atenas, y nos levantamos temprano para tomar el ferry, que más o menos sería como ir en un crucero corto.

—A ver Damián dame mis maletas, harás que se caiga algo... —Exigió.

—No te molestes linda, es muy orgulloso para pedir ayuda... —Mencionó mi Madre.

—Es lo que más me molesta de él... Anda cielo, no serás menos hombre por dejarte ayudar de una chica... —Ofreció su ayuda.

Eso me molestó pero no quería hacerla enojar ni ganarme malas opiniones de nuestros amigos que estaban por llegar...

—Te juro que estoy bien, no te preocupes, mejor ve a entregar los boletos...

—Hrrmmm... ¡Bien! Pero si te caes me dará mucho placer decir "Te lo dije", Melinda ¿Vienes conmigo?

—Si claro...

Yo trataba de seguirles el paso pero me tropecé con una de las maletas y casi me caigo hasta que alguien me ofreció su ayuda evitando que aplastara las maletas más pequeñas...