"Estaremos unidos siempre, pase lo que pase, pese a la distancia" [BORRADOR]
Tras la mudanza a un nuevo país, la vida de los hermanos Brown da un cambio radical en comparación a su monótona vida de antes. De manera involuntaria, los Brown se adentra...
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Transcurrida una semana, los Brown tenían todo preparado para el internado. Los hermanos se encontraban de pie en el porche, esperando a que el coche de su padre se calentara un poco para poder arrancar. Estelle jugaba con las asas de su macuto. Anne y Max tenían la mirada perdida y los brazos apoyados en la barandilla. De vez en cuando compartían la mirada, una mirada que lo decía todo: «¿Qué haremos ahora?». Su madre se acercó a ellos.
—Sé que todo esto no es fácil para vosotros —empezó su madre, sacándoles de sus pensamientos—. Pero necesitamos trabajar la mayor parte del tiempo, y es la solución más factible —Se colocó entre ellos y les rodeó los hombros—. Ya sé que estáis en un país distinto, donde se habla un idioma que no es el vuestro... pero mirad el lado positivo... aprenderéis a ser más independientes.
Su madre los estrechó y les dedicó una cálida sonrisa. Su padre, que ya había conseguido que el coche arrancara, y que se encontraba detrás de ellos, añadió:
—Es una nueva etapa que tendréis que superar.
Ghislaine se apartó de ellos, haciéndole hueco a su marido y éste se posicionó al lado de Anne.
—Al menos tú estarás en el mismo colegio que tu hermana. Podrás ayudarla con el tema de la nostalgia.
Anne asintió. Su hermano suspiró profundamente, cabizbajo.
—Tú eres un hombretón, no te hará falta compañía. Te las arreglarás solito, ¿verdad? —Animó Robert, dándole una palmada en la espalda.
Max sonrió e intentó convencerse a sí mismo de que todo iría bien.
***
Antes de bajar del coche, su padre se giró y dirigiéndoles la mirada habló:
—Aprovechad, hijos míos, tendréis una educación de prestigio —pausó brevemente—. Es una oportunidad irrepetible.
Sus hijos mayores interpretaron de una forma distinta aquello que les dijo tras la breve pausa.
«Irrepetible». Era la palabra que había usado. «Irrepetible».
Su madre y la pequeña Estelle salieron del coche. Anne puso la mano en la puerta para seguirles, pero su padre siguió añadió algo más:
—Aquí estaréis mejor. Y más seguros —Ella se volvió y le observó un tanto extrañada—. De todo lo malo que pase ahí fuera.
Dicho eso, Anne se despidió de su hermano con un rápido abrazo y se bajó del coche.
Mientras esperaban a que las puertas de sus respectivos internados se abrieran, Max y Anne, pensaron que quizás sí fuera una gran oportunidad. Una oportunidad que podría permitirles dar fin a toda aquella pesadilla.
