Unidos

Segunda parte del capítulo 5

El pequeño, aunque era muy joven para entender sus palabras, sintió su tristeza y empezó a lloriquear. Tom apartó el flequillo dorado del bebé, le dio un beso en la frente y lo abrazó hasta que el bebé se fue tranquilizando poco a poco.

- Pero no os preocupéis, cuidaré de mí mismo y de mi hermano también. Lo prometo. Haré todo lo posible para que no le pase nada y para que crezca feliz como si ustedes estuvieran vivos.

Tom se alejó de aquel lugar con las lágrimas en los ojos y tan apenado por la muerte de sus padres, aquellos padres que dieron la vida por él, que hicieron todo lo posible para reunir esa suma irrisoria de dinero, se sintió como un cobarde, un traicionero. Traicionó a sus propios padres, les trajo la desgracia y adelantó su muerte. Y todo por una chica ...

- Qué triste – dijo Anne apenada.

- Bastante, pero es la realidad - respondió Andrew. – Ahora sabéis porqué precisamente a la familia Brown.

- ¿Qué debemos hacer entonces? – preguntó Max preocupado.

- De momento debéis estar alerta atenta cualquier cosa, estaremos en contacto.

- ¿Pero no dijo Usted que estamos en grave peligro? - preguntó Anne.

- Es cierto, pero aún queda tiempo y necesito organizarme.

Andrew sacó la agenda de uno de los cajones del escritorio y empezó a hojearlo, se paró en una página y dijo:

- El miércoles lo tengo libre, podéis pasaros por mi despacho para seguir hablando del tema.

Cerró la agenda y la devolvió a su lugar, luego se levantó del asiento y les dio la espalda.

Los chicos estaban extrañados y se quedaron esperando. Al cabo de un rato Max carraspeó para que se diera cuenta y les dijera lo que quiera decirles porque ya estaban un poco cansados de esperar.

- ¿Aún seguís ahí? Podéis pasaros sobre las 15:00. Eso es todo, podéis iros ya.

Salieron de aquel edificio un poco desconfiados de ese tal Andrew, les parecía un poco enigmático.

- Qué tío más raro, parecía que quería decirnos algo, pero quizás le entró sueño- rio Max.

- Super raro, me daba la impresión de que estaba preparando un discurso, pero al final nada.

- ¿Crees que es una persona de confiar?

- No lo sé, el tiempo lo dirá.

Entraron en casa y su madre estaba haciendo el café ya que era el "Tea time" pero a ellos les gustaba más el café así que siempre que era el "Tea time" ella hacía café y lo acompañaba de galletitas. La pequeña Estelle estaba en el salón sentada en la alfombra dibujando muñecas como de costumbre.

Anne y Max estaban subiendo las escaleras cuando algo le llamó la atención a Max. Encima de la mesa había un periódico del día doblado. Cuando leyó el titular de la portada, empalideció y le temblaron los pies ligeramente.

-Eh, papá me prestas el periódico un rato, me gustaría hojearlo un poco. - dijo con un hilo de voz. - Es que quiero ver los resultados del partido de ayer.

Su padre le miró con una ceja enarcada. Max nunca leía el periódico y mucho menos para saber algo de los partidos de fútbol, porque se compraba su revista semanal deportiva en la salían todos los resultados de todos los partidos de futbol.

- Claro, llévatelo, pero cuando termines lo devuelves donde estaba, aún no he leído la sección de política- dijo Robert desviando la mirada hacia la televisión.