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Horas antes.

-¿Giovani?- Samantha miraba al hombre sentado frente a ella que tenía su atención puesta en la ventanilla del auto. No le había dirigido la palabra desde que habían salido de la mansión en dirección al aeropuerto,

-¿Qué ocurre? ¿necesitas algo?

Ella negó.

-Solo... pienso que ahora me hablas diferente- ella apretó las manos en su regazo- Antes... eras más amable.

Esta vez el giró su rostro en torno a ella. No tenía mucha paciencia en ese momento. El rostro de Isabela estaba grabado en su mente, la expresión de ella, su mirada y lo hacía sentir tan incómodo. En vez de estar allí debía haberla encerrado en su cuarto, quitarle la ropa y decirle lo que sentía de una vez por todas. Si la tomaba de sorpresa tenía grandes posibilidades que Isabela lo aceptara sin poner peros.

-Samantha, tú y yo estamos en términos diferentes a como éramos antes. Han pasado cosas y tú lo sabes, y solo te estoy ayudando porque es una situación delicada. No cruces la línea.

Ella se mordió el labio inferior.

-Solo pensé que... como tú mismo habías dicho que el matrimonio solo era un arreglo, quizás si tú y yo habláramos y olvidáramos el pasado podríamos... comenzar de nuevo.

-¿Comenzar de nuevo?- Giovani dijo con los dientes apretados.

-Sé que actué como una estúpida, estaba cegada por muchas cosas. Pero realmente me gustaste y lo sigues haciendo. Teníamos buena compatibilidad Giovani. Fuimos pareja por 4 años. Acaso eso no significa nada.

-Y fueron buenos años, por eso mismo te estoy ayudando ahora Samantha, porque no quiero tener nada en mi conciencia cuando comience de nuevo.

Las palabras de él hicieron que el rostro de la mujer se ensombreciera.

-¿Es por ella verdad? Tenías planeado esto desde el inicio.

-No- él negó- Isabela llegó en el momento indicado y tenía las cualidades necesarias. Te conté de la razón por la que nos casaríamos, tú lo interpretaste de la peor manera. Estaba soltero cuando comencé a sentir realmente por ella, pero eso ya no viene al caso.

-Eres una persona realmente fría Giovani- una lágrima corrió por el rostro de ella.

El Ceo se corrió hacia adelante y la fulminó con la mirada.

-Si fuera una persona fría ni siquiera te hubiera dejado entrar a mi casa cuando casi me expusiste. Preferiste montar un espectáculo y no quedarte cuando yo tenía que resolver los problemas con mi familia. ¿por qué? Porque acaso tenías miedo de que perdiera todo y tuvieras que cargar con un hombre que no tenía nada. Sé lo ambiciosa que eres Samantha. Te encantaba alardear de estar con un hombre que tiene mi apellido. Aun si me apuñalabas por la espalda. Al menos puedo dormir profundamente en la noche ya que no te engañé en esos cuatro años, fui fiel a ti como debe ser aun cuando tuve opciones- se corrió hacia atrás.

Sin embargo, Samantha tenía lágrimas corriendo por sus ojos.

-¿Estás enamorado de ella?- fue lo que soltó.

Giovani alzó una ceja.

-Al principio no, pero en estos momentos sí. Y si quieres tener esta conversación la tendremos ya que insistes. Es la mujer que amo y con la que aun cuando se acabe el contrato tengo intenciones de seguir casado- había dureza en su tono.

-Es por eso que siempre estás pendiente a ella, le pagas la escuela a su hijo, le compras ropa, hasta le compraste una casa.

-KAMIL, DETÉN EL AUTO- Giovani dijo con un tono tan duro como mismo el vehículo frenó en plena carretera.

Como estafar al Ceo siendo virgenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora