Capítulo 4

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A llegado jueves nuevamente. Hoy oficialmente se cumple una semana desde mi primer vistazo con Kuroo.

Mi primer y último vistazo.

Mis padres llamaron al colegio y como el alfa había tenido el altercado esa mañana por mi culpa, lo suspendieron toda esta semana. Al parecer Yume vino a discutir el asunto porque habían querido expulsarlo, pero se logró llegar a un acuerdo y le dieron la suspensión... Me parece muy injusto. Me enoja demasiado que el subdirector haya creído las mentiras de Chiba (el beta culpó a Kuroo de todo diciendo que de pronto se puso agresivo, y como él es dominante le creyeron fácilmente) más el intento de soborno de mis padres para pagar la expulsión. No sé con qué cara mirar a Yume y a Josuke después de todo lo que hicieron por mi y que mis padres hayan actuado de esa manera.

Ahora sí de verdad creo que Kuroo ni se acercará más a mi. Al final, lo terminé afectando al igual que mis padres.

Como nuevo asistente en el equipo de voleibol he podido notar mucho las miradas de los jugadores en mi. Sé que deben ser amigos de Kuroo y debe haberles contado lo ocurrido ya que sus miradas son muy pesadas. En el gimnasio, el entrenador Nekomata es el único que me ha tratado bien y explicado mis tareas como asistente, apenas retomé clases el lunes le agradecí muchísimo su ayuda y solo me dijo que ahora trabaje duro para ser libre. No sé a qué se refiere, pero se sintió extraño, como si supiera mis problemas.

Como asistente, debo mover los puntos en las prácticas, asegurarme de tener todas las botellas de agua llenas para los jugadores y atiendo alguna petición de la manager o del mismo entrenador. Suena simple, pero es agotador estar de un lado para el otro, más con las feromonas de alfas, betas y omegas sudados, no sé cómo lo soportan... Quizás es la costumbre.

En el salón, el grupo que me molestaba ha dejado de hacerlo. Físicamente. Porque verbalmente siguen soltando comentarios o burlándose cuando se preste la oportunidad.

Llevo toda esta semana sintiéndome vacío...

Lo peor es que, cuando regrese Kuroo el lunes ni siquiera podré hablar con él o verlo (ni sé si él quiera que lo haga), aparte del soborno, no sé qué más habrán hecho mis padres para impedirme ver al alfa. Todo esto es una mierda, me siento muy deprimido y con constantes ganas de solo terminar con todo. Pero mi corazón ha mantenido la flama encendida como si no se hubiera rendido con Kuroo, a pesar del dolor de la situación.

Aún tengo esperanzas de poder ver o hablar con el alfa. Quiero verlo y disculparme... No quiero que él también me odie. Estará bien si no desea hablarme más... Bueno no estará bien, pero no soportaré el rechazo en su mirada.

Bajé del bus en la parada cerca de casa para suspirar con la mirada fija en mis zapatos. Hoy fue un día igual de pesado y gris. Mi celular sonó en mi bolsillo por lo que lo saque para ver el nombre de "Akaashi" en la pantalla.

Respire hondo para contestar.

- Hola...

- Buenas tardes, Kenma - saludó con su usual voz tranquila - ¿Estás libre el sábado, pequeño?

- Siempre estoy libre. Y deja de decirme pequeño, Akaashi.

Se escuchó su pequeña risa.

- Perfecto entonces, habrá reunión en el bar de la vez pasada.

Hice una mueca. La noticia me anima, pero tengo cero ganas de salir a un bar. Solo quiero pasar el sábado como el anterior, llorando hasta quedar dormido.

- No puedo ir.

- ¿No que estás libre?

- Si, pero no puedo ir, tengo tareas...

Entre Canela y PinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora