Entre Canela y Pino

Capítulo 8

Me despedí de Kuroo dándole un largo abrazo, me gustó mucho que el alfa se dedicó a rellenarme con sus feromonas como el gato que es, y me dejó ir con Josuke. El camino en el auto fue silencioso, lo cual agradecí, pero al mismo tiempo odié porque mi cabeza no dejo de martirizarme.

- Kenma - llamó suave, pero aun así me asustó - ¿Has pensado en buscar ayuda psicológica?

Apreté mis manos viendo su expresión tranquila.

- Si, una vez asistí a uno, pero no pude seguir pagando las sesiones.

- Eso es bueno, ¿La psicóloga o psicólogo con el que te atendiste sabe tu situación en casa?

- No logré hablar de ello, fue más como hablar de lo que hago e iniciar un informe.

- Comprendo... ¿Te gustaría ir con esa misma persona?

La verdad, la psicóloga que me atendió es una beta muy profesional que no indagó mucho para ser la primera sesión, lo cual agradezco. Cuando le comenté que no podía pagar otra sesión, me bajó el precio, pero igualmente tuve que rechazar; no podía ni pagar con el precio bajo, así que si, me gustaría regresar con ella. Ya conoce parte de mi situación y me ahorro el tener que hablar desde el inicio con otra persona.

- Si... Es una buena psicóloga.

- ¿Tienes el contacto?

- Si, lo guardé por cualquier cosa... - asintió para terminar la conversación, pero recordé las palabras de Kuroo "así como me buscas a mi, puedes refugiarte en los demás", por lo que continué - Jozuke...

El mencionado me miró de reojo para ofrecer una sonrisa anunciando que me escucha.

- Tengo mucho miedo - confesé tomando mis manos - No sé si la policía me crea, o si me tomen enserio... O si yo mismo estoy haciendo mucho escándalo por nada importante.

- Kenma, ES importante - recalcó - mira cómo estás temblando solo por hecho de hablar lo que ocurre dentro de tu casa. La policía te escuchará, ya verás.

Asentí apretando mis manos. Es cierto, pero sigo con miedo...

- Es válido - siguió - tener miedo. Todas tus emociones son válidas, Kenma, todas. Yo estaré allí contigo si es muy difícil hablar, y que no te de pena denunciarlos... Eres la víctima aquí, no el agresor. Ellos son los que deberían sentir vergüenza de tratar a su hijo de esa manera, así que tú dilo todo.

Me ofreció una amplia sonrisa palmeando mi cabeza unos segundos.

- Si gustas, después de la denuncia, vamos a comer algo dulce. Conozco un lugar que tiene un exquisito pie de manzana.

Sonreí levemente para asentir. Sus palabras de alguna forma me motivaron, soy la víctima no el agresor, debo hablar y decir todo para lograr avanzar.

Minutos después Josuke estacionó el vehículo en los estacionamientos subterráneos del edificio de la policía, me ofreció un abrazo y para mí sorpresa me entrego un abrigo de Kuroo, dice que lo robo antes de salir, lo cual me hizo reír alto, pero agradecí mucho para ponérmelo sintiéndome más protegido. Subimos a las oficinas donde tomé el suéter de Josuke para seguirlo a través de los pasillos y salas algo llenas, llegamos a un área con una recepción y algunas personas donde el beta anunció que viene a colocar una denuncia muy importante de violencia intrafamiliar.

Nos mandaron a otro piso, cuando fuimos guiados hasta una pequeña oficina junto a un policía que iba a tomar mi denuncia, al parecer lo hacen así para no incomodar a la víctima en caso de estar presente. Me gustó mucho.

Josuke se dedicó a explicar la primera parte de la charla, respondiendo su información, quien es, a que se dedica y el porqué de la visita, luego el oficial se dirigió a mi preguntando lo mismo para finalmente pedir mi historia... Fue duro explicar todo, más porque Josuke no sabía todo la historia y estaba igual se sorprendido que el policía, me hizo preguntas más a profundidad que formaron ese horrible nudo en mi garganta, pero que logré contestar gracias al abrazo por los hombros de Josuke. El policía viendo la severidad del caso y al ser yo menor de edad empezó los trámites y Josuke le ofreció el contacto de Yume, que es mi abogada a partir de ahora, mientras que Josuke es mi representante legal.