Capitulo XIII: "Cachorrito"

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«No puedo morir así

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«No puedo morir así. ¡No puedo morir así

Me repito una y otra vez mientras me muevo entre los espejos, pateando algunos que caen ruidosamente pero no me imputó o trato do de cubrirme de los vidrios que sobresaltan.

Solo quiero salir de aquí.

— Es como si me exigieras que te encontrase— se oye el crujir de varios vidrios siendo pisados detrás de mí.

No puedo dejar que me maten. Y aparte ¡No quiero morir!

— ¡Déjame en paz! — gritó con voz agitada y quebradiza.

¡Estos malditos tacones!

No hay manera de que me los pueda quitar sin tropezar y caer de lleno al piso.

Corro algunos rincones más hasta que para en seco al llegar a uno sin salida, es con un "callejón". Los espejos hacen una barrera en cuadrado que me impide seguir hacia alguna parte más, o encontrar algún rincón.

No puede estar pasando.

Intentó patear con la punta de los tacones pero a diferencia de los otros espejos, estos no se ceden a romperse.

— No, no, no, no — murmuró desesperada mientras volvía a patear pero está vez más fuerte. Observo a mi alrededor tratando de encontrar una salida, pero solo me queda volver atrás. Y atrás está él —. Piensa, piensa — le susurro a mi cerebro y antes de que tan siguiera tenga el tiempo de hacerlo he idear un plan, una figura aparece delante mío sosteniendome de ambos lados dejándome a la vista una expresión aterrorizada.

— ¡Tienes que ayudarme!, ¡Tienes que ayudarme! — Me súplica Katy mientras yo la escaneo de arriba abajo, sin saber qué hacer, igual de desesperada que ella. Observó algunas heridas en sus brazos y manchas de sangre en su disfraz.

Díos... Que horror.

— Esto está bloqueado — le digo volviendo a tratar de golpear el espejo — pero estoy segura de que tiene que haber una forma de escapar sin que nos atrapen — trato de tranquilizarla aunque yo esté igual de asustada que ella.

Tengo que volver con los chicos. Tengo que saber si están bien y alejarme de este jodido maniático que me estaba, o me está persiguiendo.

Mientras continúo pateando el espejo, oigo una voz que me eriza de los pies a la cabeza — Te encontré, cachorrito.

Oigo cómo Katy suelta un ahogado grito apegándose a mi. Más asustada que nunca. Trago en seco y me volteó, mirandolo.

Cortó mi respiración y vuelvo a tragar en seco. Al observarlo lo primero que veo es su aterradora mascara para luego bajar mi mirada al cuchillo en manos. Tragó en seco volviendo a mirar su "rostro"

— ¿Una presa gritona para mí? — pregunta echándole un vistazo a Katy — Que patética — le dice a Katy — Tan diferente a ti — dice volteando su "rostro" hacia mi.

Venecikiller. [EN PROCESO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora