Venecia....
Venecia...
«Sangre» gritos y «lágrimas»
Venecia, Venecia, un lugar hermoso y alegre, para pasar las vacaciones, o... El bello Halloween.
....
Venecia, Venecia... un lugar divertido... Y lleno de...
«asesinos...»
Adessa y amigos, van en...
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— ¡De qué mierda va esto! — dice Jessie, mientras mira de arriba a abajo todo el lugar, inquieta.
Analizó todo lo que está pasando.
1.Acaban de matar personas como un puto carnaval.
2. Las personas que supuestamente eran mentira sus muertes. Eran muy reales.
3. Estamos en un jodido lugar, en donde no hay ni una idea de como salí y no tengo ni siquiera suposiciones de lo que está ocurriendo.
Dios mío… la idea de como presencié cómo le estaban cortando el cuello a personas !Y también como le sacaron los órganos a una persona!
Esto me está carcomiendo.
Los gritos, la gente paniqueada, la gente golpeando las paredes, la chica gritando por su novio, mis amigos hablando sin parar a mi alrededor, todos a la misma vez.
Estoy segura, segura, segura, de que tendré un ataque de pánico.
Cierro los ojos y empiezo a respirar lentamente. a inhalar y a exaltar mientras presiono mi pecho.
1...2…3…
Suelto todo el aire.
Al relajar mi ritmo cardíaco, vuelvo y abro los ojos.
— ¡Cálmense! — les hablo de repente a mis amigos — Voy a ayudar a ese chico, y luego resolvemos como mierda salimos de aquí — les digo sería, tratando de mantener la calma.
Camino hacia la chica y al novio desangrándose para agacharme a su altura y antes de que llegue a tocar al chico, su novia me detiene.
— ¡No! — me grita —¡Tu tienes la culpa de esto! — me grita señalando a su novio. La miró de arriba abajo.
— Yo no te traje aquí — le digo obvia — y tampoco le corté el cuello.
— ¡Pero tú conoces a ese chico de la puta cabina! — me grita.
— Yo no conozco a nadie.
Narrador.
— Te dije que acercarte a ella le traería problemas — Dice una voz femenina de manera burlona.
— Esa perra — dice observando por las cámaras cómo se forma una discusión entre la castaña y una rubia a la cual se le está desangrado el novio — Debería agradecer que mandé a qué mataran a su noviecito. Y no tenga que soportar lo que se viene — dice sentándose en una de las sillas del escritorio para quitarse la máscara y tirarla a un lado del escritorio, para alborotar un poco su cabello con su mano.
— ¿Qué piensas hacer con ella? — le pregunta la voz femenina, con referencia a la castaña.
— Quiero ver hasta dónde llega — dice dando algunas vueltas en la silla giratoria mientras se recuesta, jugando con un bolígrafo. Sonriendo mientras observa a la castaña por las cámaras.