Venecia....
Venecia...
«Sangre» gritos y «lágrimas»
Venecia, Venecia, un lugar hermoso y alegre, para pasar las vacaciones, o... El bello Halloween.
....
Venecia, Venecia... un lugar divertido... Y lleno de...
«asesinos...»
Adessa y amigos, van en...
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- Vengan, acompáñenme por aquí - dice llevándonos hacia unas escaleras que bajan a un pequeño bote colocado en el puerto - Pueden subir - Nos indica. Espero que Eric tanto como Esteban ayuden a sus parejas, para después subir detrás de ellos.
- Déjeme la ayudo - me dice el chófer indicando que apoye mi mano en su hombro y me apoye para subir, con algunos movimientos de la góndola logró establecerme y subir correctamente.
- Gracias - le agradezco. Me sonríe y se dirige al frente para poder poner en marcha el bote. Este lo enciende y el bote empieza a recorrer el camino en el agua, poniéndose en marcha sin perder mucho tiempo.
Me siento en uno de los asientos cerca del chófer mientras mis amigos se divierten sacando la cabeza por un pequeño ventanal que tiene el taxi acuático, empezando a gritar como locos a través de esta.
Su diversión, pienso mientras los observó con una sonrisa plasmada en mi rostro. Ellos siempre se las ingenian para hacer locuras y más cuando el alcohol está en su sistema.
- Oiga, señorita - llama mi atención Pablo; el chófer «si no mal recuerdo ese sería su nombre»
- ¿Si? - pregunto dándole toda mi atención.
- ¿Tiene la dirección exacta? y disculpa que se la pida es que solo me se una parte del camino - me sonríe
- O si claro. No sé preocupe, discúlpenos usted a nosotros que no se la dimos antes - digo soltando una pequeña risa apenada. Me levanto dirigiendo me hacia él mientras desbloqueo mi celular, buscando la dirección - Está es - se la muestro mientras le extiendo el celular.
- Oh estamos a 10 minutos de distancia - me dice devolviéndome el teléfono - El lugar está muy cerca de nuestro famoso río Della Palada, llegaremos pronto - me informa dirigiendo el bote. Me acerco a la vista que me ofrece el bote; de la bonita noche que está surgiendo -. Oiga, niña. Perdón mi atrevimiento pero ¿A qué irán allí? Me da curiosidad, está un poco lejos del centro, y ya en una sola noche mucha gente ha pedido que los lleven allí.
- Oh. Vamos a una fiesta - le sonrío para luego echarle un vistazo a las hermosas aguas cristalinas del agua, que se mueven por los movimientos del motor del taxi acuático.
- Ahhh. ¿Y cuánto tiempo llevan aquí? Nunca los había visto por la zona - me dice en un tono gentil tratando de no sonar chismoso, lo que me hace sonreír aún más.
Parece un señor muy amable por lo que veo.
- Llegamos ayer - afirmó a lo cual él asiente en respuesta - ¿Y usted? ¿Usted es de aquí? - le pregunto - Su español es muy bueno - le digo elogiando su español.
- Oh, no. Soy de Bolivia.
- Oh. Un país muy lindo - le sonrió.
- Si - me sonríe de vuelta.
- ¿Y que lo trajo aquí? - le pregunto apoyándome en las barras del bote - Si no es mucho preguntar - digo apenada a lo que él niega con un gesto agradable.