13.-Un Hermoso Ángel Purpura.

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Toda la vida había escuchado y leído acerca de esas extrañas sensaciones.

A los siete me contaron que se les llamaban "mariposas en la barriga". A los once por primera vez, cuando a la maestra más simpática de preparatoria se le ocurrió colocar un mechón castaño tras mi oreja, fue la primera vez en que fui consciente de lo que las "Mariposas en la barriga" lograban hacerle a mi fisionomía infantil. A los diecisiete, ya conocía muchas más sensaciones menos infantiles, pero las "Mariposas en la barriga" aparecían con continua frecuencia.

Shannon, siendo la dueña de aquellos latidos descontrolados y sonrojos vergonzosos. Había comenzado a ganárselos desde muy temprana edad, conquistando mi adolescente corazón, despertando emociones y sensaciones desconocidas, enseñándome y poniéndole nombre a esas extrañas "Mariposas".

No había podido ser capaz de nombrar lo que sentía allí, sentada en una acera, frente a un Pub.

No sabía descifrar ese sentimiento, Shannon me había dejado en terreno desconocido, sin guías ni asesoramientos sobre aquello, de lo que Juliana acababa de levantar frente aquel Pub.

Juliana se mantenía inmóvil frente a mí, podía sentir sus suaves labios contra los míos, los latidos descontrolados en mi pecho podían casi escucharse y esperaba que la iluminación violeta del Pub camuflara el gran sonrojo que probablemente mostraba mi rostro.

-Valentina...-carraspeó y se apartó unos centímetros observándome de una forma que no presagiaba nada bueno.

-Lo siento. -la mire como una tonta mientras sentía la cara arder, ahora por la vergüenza y el rechazo. -¿No te gustó?

-Estas ebria. -comento incorporándose. -No deberías estar en un sitio como este, mucho menos en ese estado.-La observe desde el suelo y pude jurar que sus palabras venían acompañadas de algo mas ¿melancolía? tal vez.

-Hace días intentaron secuestrarme en este mismo lugar. -Confesé incorporándome también y posándome frente a ella, sin apartar la vista de sus ojos. -Sin embargo, estoy aquí, tenía la esperanza de que vinieras.

-Estas ebria, Valentina. -Repitió pacientemente.

Sus cafés ojos se veían cristalinos por la iluminación del Pub, resaltandolos, haciéndolos reflejar líneas purpuras, al igual que su negro cabello.

Un hermoso ángel purpura.

-Tal vez, pero no contestaste mi pregunta. -Su silencio y las copas de más me instaron a acercarme un poco más. -¿Te gustó?

-Sera mejor que te acompañe a tu casa, mira la hora. -Me tendió su mano y alegremente la acepté, porque el que calla otorga.

Caminar en medio de la noche junto a Juliana Valdés no era uno de mis planes aquella noche, pero, no podía negar que al estar con Juliana cualquier plan me parecía el mejor. Su compañía me proporcionaba cierta sensación de seguridad.

-¿Vas a estudiar ahora en el mismo instituto que yo?.-no pude evitar preguntarle lo que todos se preguntaban entre los pasillos cada vez que pasaba con el uniforme de entrenamiento luciendo como si acabara de hacer un anuncio deportivo.

-El director proporciono una beca, al parecer ve potencial en algunas jugadoras de mi equipo. -murmuró observando al frente.

-En ti, concretamente. No sabía que eras modesta.-Sonreí al verla voltear y fruncir el ceño.

Era tan atractiva, incluso en medio de la noche y sin alumbrado podía ser capaz de iluminar aquella carretera con su forma de sonreír.

-No lo soy, pero debo admitir que Cruz es mucho mejor que yo en ese tema.

-No es lo que opinan las chicas que se sientan tras de mi en las gradas cuando juegas.

Iba a objetar algo modesto probablemente, pero un tipo que caminaba del lado contrario de nuestra cera decidió cambiarse y posarse en nuestro camino.

Asustada, observe a Juliana tensar la mandíbula y devolverme el gesto con cierta tensión en el ambiente, ella mantenía las manos ocultas tras los bolsillos de su suéter.

-¿Que hacen unas chicas tan atractivas como ustedes por aquí? es peligroso.-peguntó observándome de una forma que me hizo tragar fuertemente.

-Si... Es muy peligroso. -Juliana se adelantó un paso hacia el hombre, desafiante. La observe con cierta admiración y miedo.

-Juliana...-La sujete del brazo atrayéndola hacia mí, no sabíamos qué clase de persona era aquel individuo. Me observó un poco sorprendida, al parecer. -¿Qué quieres? no traemos dinero y hace unas semanas me robaron el móvil, así que lamento decir que se te adelantaron.-Me dirigí hacia el tipo con un pelín de rabia e impotencia en la voz y sujetando a Juliana del brazo, casi a mi espalda.

Existía algo en el mundo que podía sacarme de mi zona de confort, y esas eran las injusticias.

-Vaya, una pena que fueses víctima de la delincuencia en este país ¿verdad riquilla?.-una carcajada asmática, probablemente por el cigarro, surgió de la garganta de aquel imbécil.-Muy valiente de tu parte preciosa, pero temo que hoy pierdas un poco más que un teléfono móvil.

Hizo ademan de cogerme de la cintura mientras sacaba una navaja, cuando en un rápido reflejo alce la pierna y de un rodillazo logre dejarlo chillando en el asfalto.

-¡Corre Juliana!.-La morena permanecía observándome y no se movía, por lo que tuve que agarrar su mano y empujar de ella para correr intentando que no se hiciese daño en la pierna.

-Golpeaste a ese tipo, lo dejaste tirado a mitad de calle. -Juliana seguía observándome ya en la entrada de la residencia con un ofensivo gesto de estupor.

-Me molestan las injusticias. -Confesé.-No deberías volver.

-Se cuidarme sola, Valentina. -La sonrisa de medio lado de Juliana podía hacer que aceptara cualquier cosa, excepto la terrible posibilidad de no verla jamás.

-No voy a dejar que te vayas. -Lo dije mirándola fijamente.-Quiero decir, es peligroso.

-Adiós Valentina. -Antes de que pudiera protestar, azoto la puerta donde permanecíamos y, Leticia se hizo presente, al volverme hacia Juliana, sorpresivamente había desaparecido.

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By Yawlhgn

La Delincuente Perfecta (Juliantina AU)- AdaptaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora