28.- Entrenadora Valdés

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La temporada deportiva llegó, y con ella, nuevas integrantes en el equipo de fútbol femenino. Las chicas trotaban alrededor de la cancha de prácticas mientras supervisaba el calentamiento del grupo de chicas nuevas en la disciplina. Agotador, agotador porque había sido escogida por la entrenadora oficialmente como la "Asesora y encargada" de las chicas nuevas.

Perfecto, como si el pasar gran parte de mi día rodeada de chicas en leggins le hiciera mucha gracia a mi novia.

Valentina se había tomado mi nuevo puesto medianamente bien, las sesiones publicitarias a penas le habían dejado espacio en su agenda para exclamar un fuerte "¿No encontraron grupos de chicas más feas para que entrenes, Valdés?" Como si fuese posible que alguna de aquellas chicas tuvieran oportunidad contra aquellos labios, o sus cabellos ondulados, y ni hablar de sus ojos.

En fin, el chiste es que a penas le quedaba espacio en su día para tener que lidiar con celos injustificados, por lo que el poco tiempo que restaba en nuestra compañía lo administrábamos de mejores formas, pocas palabras y muchos más besos.

La compañía de Valentina se había convertido en algo sumamente preciado, ya que estaba convirtiéndose en una chica muy aclamada por el mundo de la moda, su rostro seguía adornando las calles de las ciudades enteras y jamás se lo confesaría, pero, comenzaba a ser agotador lidiar con el club de fans que comenzaba a formarse a su alrededor. Club de fans que encabezaba una persona.

-Ashley, trata de tocar la punta del zapato y no fingir que lo haces mientras arruinas tu columna. -Comente distraídamente mientras observaba el desastre que surgía a mi alrededor. ¿Es que aquellas chicas pensaban entrar en el equipo con aquella forma de trotar? si es que casi cabalgaban.

-Entrenadora Valdés, no sé cómo hacer éste ejercicio...-Cruz espetó masajeándose los pechos mientras alzaba las cejas repetidamente.

-Tal vez la señorita Amrohi pueda serte de mucha ayuda.-Espeté empujándola hacia la dirección donde Aaliyah yacía sentada estirando los brazos.-Y deja de intentar envenenarle la mente a Valentina diciéndole que "las chicas le miran el trasero cada vez que entrenamos en el campo, Valentina"

-¡Es verdad! si hasta tu misma te fijaste como la tal Jane te miro en los vestidores... ¡Y ni creas que se me olvida que desde ese día no entras! ¿Eh?

-Si le dices a Valentina te juro que...-Comencé la amenaza señalándola con el índice pero una chica nueva clamo mi atención. Devolviendo mi vista hacia ella me la encontré en cuclillas y observándome de manera poco decorosa mientras hacía reventar una bomba de chicle sin desviar la mirada de mi. -Te mato.

-La única que va a morir va a ser miss simpatía cuando te observe de esa forma frente a Valentina. -Comento mientras continuaba con el calentamiento "normal" y sin movimientos inapropiados.

-Cierra el pico.

Cruz tenía razón, lamentablemente para mi desgracia. Muchas de las chicas nuevas no paraban de insinuar cosas mientras las guiaba en los calentamientos previos a las practicas. Valentina no era especialmente celosa, pero si llegaba a ver aquel tipo de escenas seguramente alguna fibra de su aparente confianza flaqueaba. Y estaba mucho más decir que era completamente indiferente a las provocaciones de las nuevo ingreso, porque ni en un millón de años se fijara en ninguna de ellas, claro a menos que alguna se llamase Valentina y se apellidara Carvajal.

Varios guiños y comentarios impropios después culminaron las prácticas y me dirigía hacia las duchas, pero rápidamente descarte la idea al recordar la descarada mirada sugerente de Jane. Había decidido no comentarle nada a Valentina por el bien de su paz mental, pero Cruz también lo había notado, por lo que probablemente le iría con la nueva noticia en cuanto tuviese oportunidad.

Decidí esperar a que las duchas se vaciaran y en cuanto me deshice del uniforme deportivo, apure el paso hacia el café que quedaba dentro del campus.

Entre la beca, la asesoría en la cancha y el turno de medio tiempo en el café del campus había logrado un pequeño ingreso para pagar la cuota de los estudios y vivir sin tener que arrebatarles teléfonos a chicas guapas. Especialmente desde que una chica guapa en especial había logrado casi desaparecer a aquella maleante que corría por los callejones como los delincuentes. Casi.

No había querido darle muchas vueltas al hecho de que una vida entera de calles y callejones sin salida no podrían desaparecer por obra y gracia de unos ojos azules. A veces casi me lo creía. Casi.

Y no es que no quisiese el hecho de que desapareciera, pero las personas vinculadas a ese pasado sí que no podía dejarlas atrás.

Jimena era una de ellas, por no decir que la única que me importase. Jacobo y Cruz habían logrado estar en mi círculo de amigos diarios. No podía quejarme de los ricachones de los amigos de mi novia porque a veces incluso parecían mas allegados a mi que a ella, y últimamente si que parecían aun mas allegados a mi que a ella, ya que su escaso tiempo también le afectaba a ellos.

Valentina amaba su carrera, pero también amaba esa parte de su vida y era algo con lo que estaba dispuesta a lidiar. El hecho de que estuviera distraída con otras cosas lograba que yo misma me distrajese con las mías, y evidentemente eso, a diferencia de Valentina, era malo. Muy malo.

-¡Llegué!-Exclame entrando en el estrecho espacio que dejaba expuesto el espacio del personal autorizado, amarre el delantal tras mi cintura y escuché la suave risa de Romina emerger desde el depósito.

-¿En serio, no será un fantasma con tu misma voz?-Bromeó.

-Ya estuvieras cerrando las puertas de un brinco.

Estudiantes ocupaban algunas mesas y me encontraba apoyada sobre el mostrador cuando la campanilla del café sonaba por cuadragésima vez.

-Buenas tardes, señorita ¿Me da una orden de besos y abrazos? y luego me pasa la cuenta, es que no traigo cambi...-La interrumpí a mitad de frase con un beso, porque es que Valentina a veces podía ser tan tonta que daban ganas de callarla de esa forma.

-Esa broma dejo de hacerme gracia después de la cuarta vez, Val.-Me separe de ella mientras observaba su sonrisa tonta.-Creí que hoy vendrías un poco mas tarde.

-Se suspendió la sesión de fotos, afortunadamente soy la mejor novia del mundo y decidí venir aquí automáticamente.-Se inclino sobre el otro lado del mostrador toqueteando mi cabello recogido. Conocía perfectamente aquel comportamiento, solía utilizarlo cada vez que quería atención.

-Qué afortunada ha de ser tu novia por no trabajar justo a esta hora en un café.-Bromee besando rápidamente su mejilla.

-No me importa, puedo esperar a que salgas y poder asfixiarte entre mis brazos. Soy paciente...-Me guiñó un ojo cambiando de postura. No pude evitar repasar su rostro, era jodidamente perfecto. -La que no es muy paciente es una morena con ojos cafés que conozco... ¿Qué tal has tratado a los chicos hoy?-Comento con fingido recelo.

-Qué poca fé me tienes, que sepas que hoy atendí sin lanzar una sola taza de café a chicos pervertidos.

-Un logro... Deberían hacerte un espacio en la cartelera de buen comportamiento, que diga "Atendió a la gente como normalmente se debería atender a un individuo"

-Tentador, pero es un café, no una empresa pública.

-Con personal como tú, permíteme dudarlo.

-Si no te callas ahora, no te daré el regalo que compre para ti ésta tarde. -Murmure observando el brillo en sus ojos emerger.

Otra cosa que Valentina amaba era que le diese presentes, por más que repetía "no debiste" o "habrás gastado mucho, Juls" amaba que tuviera esa clase de detalles con ella.

-No debiste...-La calle con un beso que comenzó siendo despreocupado, pero luego Valentina lo profundizo repentinamente sujetándome del cuello de la camisa del uniforme.

-La señorita paciencia comienza a desesperarse por éste bombón...

-No seas idiota y dime que me compraste. -Casi antes de que terminara la frase, su teléfono sonó y tuvo que disculparse para atenderlo.-Hey Paulina...

Uggh, Paulina.

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By Yawlhgn

La Delincuente Perfecta (Juliantina AU)- AdaptaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora