20.- El Baño

589 88 4
                                    

En la cafetería el revuelo de los nuevos chicos matriculados no pasó desapercibido. Resulta que no fueron dos ni tres, al parecer un gran grupo de chicos nuevos fueron ingresados.

-Las jugadoras de Fútbol podrán entrenar en el nuevo campo. Escuche que lo re modelaron para los nuevos chicos.-Comentaba Evelyn.

-Me alegra eso, el año pasado sufrimos con la grama artificial. -Cruz se masajeó levemente la rodilla.

-Deberían de hacer eso, pero en la biblioteca. -Añadí apunto de incorporarme a vaciar la bandeja del comedor.-Aaliyah y Leticia se pierden y no me encuentran, tal vez y así ya no me sacan.

-Eres una malagradecida, siempre te dejo mis apuntes. -Leticia me pateo bajo la mesa.

-¡Para que te los corrija!.-Voltee los ojos mientras reían y al incorporarme rápidamente, trastabillé y la bandeja se volcó sobre una chica.

Las risas de los chicos más cercanos fueron escuchadas por casi toda la cafetería, sobre todo la de Cruz Manuelos.

-Yo...Lo siento tanto. -Una mano viajo automáticamente a mi boca al reconocer aquellos ojos cafés rodeados del té que conservaba en la bandeja hacia unos segundos.

-El té lipton no te va con los ojos, July.-Se burlo Cruz haciendo reír mas a los chicos.

-Qué graciosa, Manuelos. Ya sabes donde puedes meterte tu gran sentido del humor...-Juliana intentó secar su rostro con las mangas de su polera pero fué inutil.

-Ven, te acompaño al baño.-Me ofrecí y los silbidos no tardaron en hacerse presente en la mesa de mis amigos.

-¡Invítala a salir primero!.-Se escuchó la voz de Aaliyah por encima de los gritos y las risas.

La buena noticia era que mi rostro no podía estar más colorado, la mala, era que por supuesto que si que podía ya que efectivamente había invitado a salir a Juliana y resultaba aún mas embarazoso. Al llegar al baño de damas, me apresuré a abrir la pila y observarla con timidez.

-Lo siento mucho Juliana, no era mi intención. -Nuestras miradas se cruzaron y se formó una pequeña sonrisa en su rostro.

Una sonrisa que no sabía que extrañaba tanto hasta que la volví a ver aparecer a pocos metros de mí.

-Si querías que me quitara la camiseta debías habérmelo pedido tú misma.-Comento limpiándose la zona afectada y yo me atraganté con mi propia saliva.

-Era una broma, Valentina.-Me tranquilizó con unas cuantas palmadas en la espalda observándome con diversión.-¿Estás bien?

-Si, gracias.-carraspee varias veces y le ofrecí la chaqueta que llevaba para que ocultara la mancha.

-Gracias, pero vas a quedarte sin abrigo.-Observó notando que sólo llevaba una franelilla debajo. Noté que era el mismo abrigo que la sanguijuela me lanzó aquella noche y casi me arrepentí de ofrecérsela.

Llevaba varias semanas dándole vueltas al porqué del que yo usara aquel abrigo. Y más aún el que me mostrara reacia a prestárselo a alguien más, a Juliana.

Llegando a la conclusión de que simplemente era mero agradecimiento por la devolución de mis pertenencias. El que haya recapacitado le sumó varios puntos en mi escala de agrado, pero le resto el doble por ojear las fotos en mi móvil.

-Es mi culpa que lleves esa mancha, tómala.-Se la tendí pero la rechazo con un gesto extraño en el rostro. Incomodidad, tal vez.

-Seguramente encontramos algo en las cosas perdidas del instituto. Acompañarme es lo menos que puedes hacer ¿Verdad?-Su tono insinuante aumentó los grados en aquella pequeña habitación de baño.

La Delincuente Perfecta (Juliantina AU)- AdaptaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora