Capítulo 6 (Corregido)

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(Vincent Knowles, en multimedia)

Dedicatoria a los lectores que comentaron en el capítulo anterior:

beccaboone (Primer comentario)

★★★★★★★★★★★★★★★

Pov Valery:

Cuando creía que me libraría de Marcus por unas horas, me doy cuenta de que se está acercando a paso firme a la mesa en la que me encuentro. Mira al chico que está sentado junto a mí con cara de pocos amigos pero el chico no se da cuenta porque está concentrado en su cuaderno de apuntes.

— ¡Eh tú, muévete, estás en mi sitio! —Le dijo Marcus después de golpear una pata de la mesa para llamar a su atención.

— ¿Qué? Tío, hay más sitios a nuestro alrededor que están libres —Dijo el chico mirando a Marcus como si fuese idiota.

—Ya, pero a mí me interesa este. ¡Largo, enano! —Le respondió Marcus antes de chasquear los dedos para meterle prisa.

El chico bufó con frustración pero decidió que era mejor seguirle el juego a Marcus y se marchó a otra mesa. Marcus no tardó ni medio segundo en ocupar el lugar a mi izquierda y tras sonreírme de forma coqueta, se reclinó en su silla y se cruzó las manos detrás de la cabeza mientras esperábamos a que llegase el profesor.

—Oye, ¿qué haces esta noche? —Me preguntó de repente, rompiendo el hermoso silencio en el que me había sumido mientras dibujaba en mi cuaderno.

—Saldré con unas amigas, ¿por qué, quieres unirte a nuestra fiesta de pijamas? —Le respondí yo con un tono coqueto y una sonrisa sugerente.

—Si vuestros pijamas son muy sugerentes, entonces sí, me encantaría ir a vuestra fiesta de pijamas —Me respondió él sentándose correctamente, solo para acercar su rostro al mío.

A esta distancia podía notar el aroma de su perfume pero no solo su perfume, también esa fragancia masculina que tiene de por sí los chicos, ese extraño e indescriptible olor que te atraía como el canto de las sirenas a los ingenuos marineros.

— ¡Vaya y yo que creía que me soltarías una respuesta más ingeniosa! Es una pena... —Le dije yo rodando los ojos y poniendo mi vista en el profesor que estaba entrando en este preciso instante.

—Buenos días, chicos. Abrid vuestros libros de texto por la página ciento diez, por favor —Nos dijo el profesor dejando sus cosas sobre el escritorio.

— ¿Cuánto tiempo vas a estar con tus amigas? —Me preguntó de nuevo Marcus en voz baja.

— ¿Por qué quieres saberlo, Marcus? ¿A qué viene todo esto? —Le pregunté hastiada de esta conversación que parecía no llegar a ningún lado.

—Esta noche un amigo da una fiesta en su casa, tal vez te apetezca ir y no sé... Podríamos conocernos un poco más, somos compañeros en el trabajo de fotografía —Me explicó Marcus jugando compulsivamente con sus dedos.

¿Son ideas mías o Marcus Miller está nervioso?

—No creo que vaya... Las fiestas no son lo mío —Le dije apartando la mirada.

Las fiestas quedaron vetadas para mí desde aquella noche espantosa.

— ¡Oh vamos, te lo pasarás genial! Al menos prométeme que te lo pensarás, por favor —Me pidió Marcus mirándome fijamente a los ojos, algo que me estaba poniendo un poco nerviosa.

Tomé aire y me quedé en silencio durante varios minutos mientras fijaba mis ojos en la pizarra, preguntándome la auténtica razón por la que Marcus Miller me estaba invitando a la fiesta de su amigo.

Diario de una gótica (Corrigiendo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora