Capítulo 30 (Corregido)

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(En multimedia, el concierto y el grupo Evanescence)

Al igual que el anterior capítulo, este contiene escenas explícitas, de modo que si eres menor, ignora este capítulo. Si a pesar de este aviso, sigues queriendo leerlo, será bajo tu responsabilidad.

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Pov Valery:

Después de encontrar por fin mi vestido para el baile, todas nos fuimos a comer y luego volvimos a casa, teníamos deberes que hacer y yo hacía días que no hablaba con Marta. Lo cual echaba mucho de menos.

En cuanto llegué las dos conversamos sobre el suceso con Eric pero sobre todo sobre el baile de otoño y la universidad. Justamente Marta me comentaba algo sobre la universidad a la que fue, cuando un mensaje de Marcus me llegó al móvil:

"Hola preciosa, ¿adivina quién tiene entradas para ver a Evanescence en concierto?"

— ¡No puede ser, ¿me estás vacilando?! —Grité mirando emocionada la pantalla de mi móvil.

—Te lo juro, fue así como pasó. La verdad es que me siento mal por Molly, estuvo todo el curso con el mote de "Molly la pedorra" —Seguía contándome Marta mirando a la nada, con la mente perdida en los recuerdos.

—Oh lo siento mucho Marta, mi reacción no es por tu historia sino por Marcus —Le dije mirándola con arrepentimiento.

— ¡Claro, el magnífico Marcus Miller! Estás tan enamorada de ese chico que no me sorprendería que acabaseis casándoos al terminar el instituto —Se burlaba Marta sonriendo y llevándose las manos al pecho de forma dramática.

—Ja, ja, muy graciosa —Le dije yo haciéndole una mueca.

—Veamos, ¿qué ha hecho el maravilloso Marcus esta vez para que te hayas emocionado tanto? ¿Ha curado el hambre en el mundo? ¿Te ha comprado un Ferrari? ¡Oh, ya sé! Te va a llevar a la playa de los cerdos, en las Bahamas, ¿es eso? —Preguntó de nuevo con otra sonrisa divertida.

—No, ha conseguido algo más asequible... ¡Entradas para ver Evanescence en concierto! —Dije chillando de nuevo con emoción.

—Caray, el chico se lo ha currado. Tengo admitirlo —Aplaudió Marta mientras asentía sorprendida.

—Sí, Marcus es genial —Suspiré mientras sonreía.

—Ay, el amor adolescente. ¡Qué época tan maravillosa! —Suspiraba tan bien Marta, mirando a la nada otra vez.

—Valery, es hora de cenar —Gritó mamá desde la planta de abajo.

—Marta, tengo que irme a cenar. ¿Nos vemos en la próxima sesión? —Le informé mientras descruzaba mis piernas y cogía el portátil para colocarlo de nuevo sobre el escritorio.

—Por supuesto, hasta la próxima sesión, cielo. Saludos a tu familia —Me dijo despidiéndose con la mano mientras sonreía.

Yo le pedí lo mismo, luego cerré la videollamada y acto seguido bajé la tapa del portátil. Después bajé a cenar con mi familia, les di los saludos de Marta y a continuación nos enzarzamos e un debate sobre quién cocinaba mejor: Papá o mamá.

Al final fue mamá quién ganó, pero le concedimos a papá el premio por hacer las mejores barbacoas dentro de nuestro círculo de amigos.

—Bueno, hora de irse a la cama, señoritas —Declaró mamá mientras papá recogía todo.

—Buenas noches a todos —Dijo Nicky agitando la mano.

—Papá enseguida sube a arroparte, cielo. Valery, échame una mano con los platos, por favor —Dijo mamá lanzándome una mirada significativa.

Diario de una gótica (Corrigiendo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora