Diario de una gótica (Corrigiendo)

Capítulo 15 (Corregido)

(El multimedia, el resto de la casa Prescott)

Dedicatoria a los lectores que comentaron en el capítulo anterior:

beccaboone (Primer comentario)

★★★★★★★★★★★★★★★★

Pov Valery:

Marcus estuvo todo el camino mirando por la ventana en silencio, sabía que estaba pensando en lo que le diría a su padre en cuanto le viese. Puede que llevemos poco tiempo saliendo pero me preocupa mucho lo que le pase a Marcus, somos una pareja al fin y al cabo.

—Oye, ¿te importa se hacemos una pequeña parada? Me gustaría comprarle flores a tu madre —Le dije mientras aparcaba frente a una floristería.

—Es curioso, aquí es donde tuviste el accidente. ¿Lo recuerdas? —Me dijo Marcus con una media sonrisa, antes de quitarse el cinturón de seguridad y salir del coche.

Yo salí poco después mientras sonreía con diversión, dios, si no fuese por el amigo de Marcus mi bebé ahora mismo tendría un aspecto horrible.

—Sí, pero gracias a los contactos de mi novio la cosa se solucionó rápidamente. ¡Oh, gracias! —Le dije mientras me sujetaba la puerta con una sonrisa cordial.

—Tienes una suerte increíble, eso está clarísimo —Me dijo él siguiéndome de cerca mientras yo observaba las flores.

Quiero escoger las flores perfectas para la madre de Marcus, esta va a será la primera toma de contacto con el pasado de Marcus y quiero que todo sea... ¡Perfecto!

—Oye una pregunta, ¿por qué estás haciendo esto, Valery? —Me preguntó Marcus con las manos metidas en los bolsillos y una mirada curiosa.

—Porque me apetece, esta es la primera vez que vea a tu padre biológico y también será la primera vez que visite la tumba de tu madre, aunque no será la última, eso tenlo por seguro. Es un día especial y quiero tener un detalle especial con ellos —Le expliqué mientras sonreía hacia un ramo de camelias rojas.

¡Eran absolutamente preciosas! Con la sonrisa aún en mi rostro me giré hacia Marcus que me miraba con intensidad, algo que me hizo arrugar un poco el ceño.

— ¿Qué ocurre? —Le pregunté confundida.

—Nada. Solo me preguntaba porqué el universo tardó tanto en ponerte en mi camino, Valery Prescott —Me dijo dando algunos pasos hacia mí, ahora mismo nuestras respiraciones se entremezclaban mientras nuestras miradas se conectaban.

— ¿Siempre sabes qué decirle a una chica para hacerla sonreír? —Le dije guiñándole un ojo antes de pasar por su lado, rumbo hacia el dependiente.

—Sí, pero contigo es más complicado. Nunca sé qué decir, me pones nervioso y eso no me gusta nada —Me confesó apoyando el brazo en el mostrador.

El dependiente estaba en la parte de atrás, colgando unas enredaderas con flores violetas. Cuando se dio cuenta de nuestra presencia, nos sonrió y nos pidió que esperásemos un poco.

—Por supuesto, no se preocupe —Le dije yo con una tímida sonrisa, sin mostrar los dientes.

Cuando el anciano por fin terminó de bajar las escaleras y se reunió con nosotros, nos dedicó una sonrisa muy tierna. Me recordaba al abuelo Arthur, siempre está sonriente y lleno de energía.

—Perdonen, hoy he tenido un día muy movidito. ¿Desean llevarse algo más aparte de este ramo? —Nos preguntó el dependiente mientras nos cobraba y envolvía las camelias en un arreglo precioso.