(En multimedia, Eric Duane)
ATENCIÓN, ESTE CAPÍTULO CONTIENE ESCENAS EXPLICITAS, DE MODO QUE SI ERES MENOR SALTA ESTE CAPÍTULO. SI A PESAR DE ESTE AVISO CONTINUAS LEYENDO, SERÁ BAJO TU RESPONSABILIDAD.
Dedicatoria a los lectores que comentaron en el capítulo anterior:
★★★★★★★★★★★★★★★
Pov Valery:
Durante el trayecto hasta el barrio no pude evitar comerme la cabeza, tratando de descubrir qué más me tiene preparado Marcus para esta noche. Aunque una pequeña parte de mí, se hace una ligera suposición y a medida que los minutos avanzan, esa suposición va cogiendo más fuerza.
—Bien, este es el plan: Terminamos la noche viendo una maratón de películas de terror y luego te acompaño hasta la puerta de tu casa, ¿de acuerdo? —Me dijo Marcus sacando la llave del contacto y girándose hacia mí en el asiento.
—¡Oh, una maratón de películas de terror! Guay, me parece un planazo, ¿a qué estamos esperando? —Le dije yo con una sonrisa falsa. Una maratón de películas de terror, sin duda yo me esperaba otra cosa muy diferente.
Marcus se bajó primero del coche y me abrió la puerta como todo un caballero, también lo había hecho cuando vino a recogerme a casa.—Tú ponte cómoda, las películas están junto a la televisión. Yo preparé algo de picar —Me dijo caminando hacia la cocina.
Suspiré y eché un ojo a la sala de estar y con las manos apoyadas en las caderas, me dirigí al estante donde se encontraban las películas. La familia de Marcus tenía de todo, desde la matanza de Texas (al completo) hasta la película de terror más reciente.
—Oye Marcus, las puertas están cerradas con llave —Le dije después de tratar de abrir el mueble.
— ¡Mierda, se me había olvidado! Mis padres siempre cierran con llave esa estantería para que Nataly no vea ninguna de esas películas —Me explicó mientras caminaba hacia mí y estiraba un brazo hasta la parte superior de la estantería.
De allí sacó una diminuta llave con la que, efectivamente abrió el mueble. Nuevamente ojeé las películas y al final me decanté por un clásico: El resplandor.
— ¡Un clásico! Me gusta —Dijo Marcus apareciendo cinco minutos después con una bandeja llena de comida basura.
Había de todo, desde palomitas hasta gominolas, pasando por el chocolate y las papas fritas.
— ¿Tu madre, la cual es médico, sabe que tienes esta comida en casa? —Le pregunté con un toque burlón y los ojos entornados.
—No y me gustaría que siguiera siendo así, por favor —Me respondió él sentándose junto a mí en el sofá.
ESTÁS LEYENDO
Diario de una gótica (Corrigiendo)
RomanceValery Prescot, una chica gótica que trata de rehacer su vida cuando descubre la auténtica naturaleza de su exnovio. Y con eso en mente se muda junto a su familia a Los Angeles, California donde a su padre le ha salido una muy buena oferta de trabaj...