ᴱʸ 𖠇 ᴄʜɪᴄᴏ ʟɪɴᴅᴏ~ 「𝚁𝚈𝚄𝚂𝙰𝙴」

─── ❣ ⋅⚔Cᴀᴘíᴛᴜʟᴏ XXVI⚔⋅ ❣ ───

──¿Y qué te dijo el maestro?

──Creo que ya me quiero ir de Japón.

──¿Eh? ¿Qué sucedió? ¿Te hicieron algo malo?── el rubio examinó con cuidado el cuerpo ajeno, no encontrando nada sospechoso y observando con confusión al menor

──No. El puesto que me han dado no me gusta para nada, es ridículo.── el de cabellos rojizo se quejaba a alta voz. Se sentía muy frustrado y enojado

──No creo que sea tan malo ¿qué puesto te han dado?── sentía curiosidad sobre eso

──No te diré, tendrás que esperar hasta la fecha del festival.

──Sae-chan, por favor. Dime que puesto te han dado.── el rubio rodeo con sus brazos el pequeño cuerpo de su novio, suplicaba piedad y que dijera su puesto

──No.── alejó suavemente el cuerpo del mayor ──Escucha Shidou, te prometo que el día del festival te invitaré a comer lo que tu quieras.

──¿Lo dices en serio? Sae-chan.── Ryusei se sorprendió ante tal emocionante invitación. Tendría una cita especial con su novio, ya moría de ganas por ese aclamado día

──Si. ¿Para qué habría de mentirte?

──No lo sé. A veces Sae-chan es muy malo conmigo.── el moreno jugaba con sus dedos y con un semblante que parecía niño regañado. Demasiado tierno, para la vista del rojizo

El joven Itoshi dejó escapar una tierna sonrisa, se sentía muy afortunado de tener a ese alfa. Con Shidou se sentía completo y feliz, no le hacía falta nada más.

¿Qué más podía necesitar?

──Ryusei.

Tras el suave llamado hacía el alfa, llamó por completo su atención y cuando el rubio giro su rostro para observarlo es cuando lo sorprendió. Sae beso los suaves labios del moreno, fue corto pero lleno de sinceridad.

──Sae..── no habían palabras que pudieran describir lo que el mayor sintió en ese momento. Fue tan mágico e inesperado que hizo de su rostro todo un desastre

Las bonitas mejillas canela del nipón estaban adornadas de un fuerte rubor. Ryusei se encontraba muy nervioso, al hablar era mucho de tartamudear, sus manos sudaban y de sus labios, no salían más que puras incoherencias.

Sae Itoshi traía loco a Ryusei Shidou, era su medicina y su perdición. Era una perfecta mezcla de amor juvenil.

──Eres idiota.── el de iris turquesa dejo atrás al distraído moreno, siguió su camino sin mirar atrás

──¡Sae-chan!── tras salir de su trance, salió despavorido rumbo al menor. El tenía mucha razón, a veces su niño era muy malo con el

──Apresúrate.

──¡Oye! Eres menor que yo, tienes mucha más energía y velocidad. No es justo.

──Bien. Entonces tengamos el mismo ritmo.

──¿A qué te refieres con eso? Sae-ch..

El nombrado tomó la mano del nipón, entrelazando sus dedos y dirigir su mirada hacía el otro chico. Dedico una sonrisa, al verlo nuevamente perdido en sus pensamientos.

──¡Sae-chan! ¿A dónde iremos?

──Vamos a casa, te prepararé algo rico de cenar.

──Vamos entonces. ¡Amo mucho la comida de Sae-chan!

Los dos chicos se sonrieron mutuamente, caminando con total tranquilidad hacia la casa del menor. Iban tomados de la mano y contando muchos chistes o sus vidas. Reían mucho, por tales hazañas.

Eres un idiota, Shidou.
Pero eso es lo que más me encanta de ti. Amo todos tus defectos y valoró mucho tus afectos.

Eres mi chico ideal.
Por favor, nunca me dejes Shidou.