Prólogo

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{Hace diecisiete años}

— Apresúrate, no tenemos mucho tiempo

— ¿A dónde iremos?

— A donde nadie pueda dañarlas

El palacio tiene muchos pasadizos que nadie conoce, excepto la familia real. Estos se utilizan en caso de emergencia, y esta es una. No dejaré que las dañen, ellas son lo más importante de mi vida y si tengo que renunciar al título de Rey, lo haré para darles una vida tranquila y llena de amor

—¿Ya están listas? —salgo del vestidor con todo lo necesario para llegar a Krinia

— Estamos listas —Nissa y la niña están esperándome al lado del umbral de la puerta

— Por ahí no—la tomo del brazo y la llevo conmigo hasta los estantes que están en la habitación—. Sujeta esto un momento

— ¡Príncipe Caios, abra la puerta en nombre del Rey!

Los guardias están afuera y no tardan en empezar a golpear la puerta. Antes que puedan abrir, la puerta que está detrás del espejo se abre y meto a Nissa; entro y cierro la puerta a mis espaldas, tomó la maleta y le indico a mi esposa por donde ir

— ¿Estás seguro de esto? —me pregunta volteando a verme

— Ustedes son mi vida entera —apoyo mi mano en su mejilla depositando un beso en su frente—. Moriría por ustedes

Ella asiente y sigue caminando. Cuando estamos fuera nos recibe el inmenso bosque lleno de árboles enormes y frondosos, el pasto es alto, pero eso no impedirá que nos vayamos

— Alteza, aquí está lo que ordenó —Amadeo llega con una carreta con dos caballos del establo

— Gracias. Aquí está lo que te prometí —le entregó una pequeña bolsa con monedas

— Tiene que seguir el sendero que va hacia el sur. Llegará en unas tres semanas

— Muchas gracias, puedes irte —él asiente para dar vuelta e irse

Miro a Nissa quien está aterrada, intentó tranquilizarla, y logro que suba junto a Náyade a la parte de atrás de la carreta ayudándole a subir las maletas

— Todo estará bien, te lo prometo —le doy un casto beso en los labios—. Ten cuidado

Tomo mi lugar en la parte delantera de la carreta y sostengo las riendas de los caballos para que empiecen a correr, al principio el sendero es algo brusco, pero cuando llegamos al camino el suelo se vuelve más firme. Detrás de nosotros se escuchan caballos y ruidos metálicos... Son soldados

— ¡Sigue adelante, yo me encargo!

— ¡Bien!

Escucho las flechas de Nissa... Ella es arquera debido a que su padre le dio clases de arquería toda su vida, sus flechas son algo peculiares, cada una de ellas es fabricada por ella misma ya que les aplica magia. Escucho a varios caer así que jaló las riendas de los caballos para que vayan más rápido hasta ya no escuchar más soldados y Nissa me confirma que ya no nos siguen. Llega la noche y ya estamos en el reino de Metalix, hogar de los hechiceros de alto rango; estando en el centro de la ciudad vamos por raciones y seguimos nuestro camino.

{Días después}

— Cuando lleguemos a Nitrix unos amigos nos recibirán e iremos con ellos a Krinia, tienen una casa en el bosque, nadie nos buscara allí

Llevamos diez días viajando y haciendo paradas en distintos reinos, hace unas horas llegamos a Extrexia, descansaremos un poco y seguiremos nuestro rumbo

La ElegidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora