Capítulo 14: dolor que quema el alma

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POV NAYADE

<<No puedo respirar...>>

<<Mi cabeza. Duele>>

<<<¡AYUDA!>>

— ¡Ahhh! —puedo sentir mi cuerpo retorcerse de dolor mientras intento respirar—. ¡Ayuda!

Algo quema mi espalda y siento como si mi pelo se derritiera como lava ardiendo, la sensación es desagradable, puedo sentir mi garganta desgarrarse cuando intento gritar. Miro hacia todos lados en busca de alguien o algo que puedo ayudarme, pero en un intento de ponerme de pie caigo de cara al suelo quedando sin aire por el fuerte impacto. Cada parte de mi cuerpo hierve, mis huesos duelen como mil demonios y mis extremidades simplemente no responden, ya desesperada, un grito desgarrador sale de mi garganta provocando que expulse toda la sangre acumulada en mi boca, dejándome un sabor metálico como rastro de eso

— ¡Ahhh! —una vez más mi espalda se encorva contra el suelo— ¡Ayuda! ¡Quema!

Quedó en completo silencio cuando siento que algo brota de mi espalda por ambos costados, una expresión de terror se forma en mi rostro al sentir aquella presión que me quema tanto por dentro como por fuera. En un momento de completa desesperación empiezo a golpear mis piernas intentando hacer que respondan ante el dolor... las golpeó una y otra vez hasta dejar moretones de color verde en mi piel, cuando por fin estás responden. Con dificultad me pongo de pie, a paso lento camina hasta la puerta estrellándome contra ella para abrirla, nuevamente caigo al suelo dónde mis brazos amortiguan el golpe, me maldije internamente por ser tan débil, diciéndome repetidas veces que mis tío estaría decepcionado por mi poca fuerza, con ese pensamiento me pongo de pie nuevamente con las pocas fuerzas que me quedan

Soy una decepción...

Soy patética...

Soy inútil...

Soy...

— ¡Señorita! —Salgo de mi trance cuando escuchó la voz de un oficial— ¡¿Se encuentra bien?!

—Llévame con e-el Rey — pedí apuntó de soltar en llanto

— No puedo hacer eso, el rey está en una reunión importante y... — antes de que siguiera hablando, saque fuerzas desde lo más profundo de mi ser y corrí—. ¡Náyade, espere!

Mientras más corría, más incrementa el dolor que sentía, mi cuerpo no resistía mi propio peso, mi respiración dificultosa era otro de los problemas que me impedían seguir conforme avanzaba

Cuando llegue a las escaleras, dudosa de mi recorrido puse un pie en el primer escalón, dándome cuenta que se me haría imposible bajar los vientos de escalera que habían en el lugar, cuando de repente sentí como la carne de mi espalda se abría dejando salir dos enormes bultos que solo lograron que cayera de inmediato en el suelo gritando de dolor, sintiendo como la sangre caliente mancha mi piel, mientras más gritaba más sangre salía de mi boca por la herida que me hizo el Rey

— ¡No puedo! —grité a la nada ya que me encontraba sola al comienzo de las escaleras— ¡Ah! ¡Demonios!

Desesperación. Ansias. Miedo. Nervios. Dolor. Impotencia. Eso era lo que estaba sintiendo en este momento, todos eso sentimientos dentro de mi matándome poco a poco y sin darme cuenta empecé a descender por las escaleras, lo raro era que no estaba tocando el suelo, mis piernas guindaron en el aire mientras bajaba a gran velocidad por todo el lugar, dándome a entender que lo que había brotado de mi espalda, eran alas... dos enormes alas que se movían descontroladamente haciéndome chocar contra múltiples muros hasta que llegue hasta la entrada de aquel salón donde todo empezó

La ElegidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora