Capítulo 13: ¿odio o amor?

42 2 0
                                    

POV ARION

— No voy a permitir que me ponga ni un dedo encima —aseguro— si se atreve a tocar una sola hebra de mi cabello, se arrepentirá el resto de su asquerosa existencia

— Mientras más te resistas, más me gustara partir tu frágil e insignificante cuerpo en dos —me acerque a ella imponente, pero no retrocedía, al contrario, su mirada era de un ser lleno de rabia y maldad que estaba dispuesta a aniquilar a quien fuera

— Mis amenazas no son iguales a las suyas... nunca olvide eso

De a poco sus venas se tornaron de un color carmesí intenso que resaltaba sobre su pálida piel, sus ojos se llenaron de un azul brillante que simula un cielo estrellado, donde el blanco de su esclerótica no era visible. Las ventanas del lugar se abrieron de golpe dejando entrar el frio viento invernal que se acercaba, su cabello se sacudía como las ramas de un árbol en medio de una tempestad, cuando una marca de color azul se formó en su frente, captando mi atención, haciéndome bajar la guardia por unos cortos pero vitales segundos, en donde ella se acercó a mí al punto de que nuestros alientos chocaran

— Quiero que lo haga —soltó sacándome de mis pensamientos—. Tóqueme y será el primero en presenciar que es capaz de hacer un hada con tal de proteger su vida de un ser tan bajo y despreciable como usted, Rey Arion... —la manera en la que arrastraba cada una de sus palabras, fue tan intrigante que logró llevarse toda mi atención por su manera de actuar en este momento

— Nunca te enseñaron a no retar a personas que carecen de cordura, puedo notar eso —como sus ojos deslumbraban esa sed de sangre que nunca avía visto presente en ella, es lo más hermoso y atemorizante que he podido presenciar en toda mi vida en alguna mujer—. Es impresionante las agallas que tienes para lograr lo que estás haciendo conmigo en este instante, así que... voy a complacerte, madame

Coloqué mi mano en su cintura con fuerza logrando pegarla mí, pero de inmediato sentí su piel caliente quemar la mía, pero no estaba dispuesto a ceder ante alguien tan ínfima como ella. Ignorando el dolor que me provoca tocarla, sostuve su mentón con firmeza y por más intentara apartarse no lo consiguió, sin embargo, no podía dejar que me lastimara mientras ella salía intacta de esta inusual disputa entre orgullos, en donde ninguno está dispuesto a dar el brazo a torcer. De un ágil movimiento saqué la daga que tenía escondida y la coloqué en su cuello presionando al punto de ver gotas de su sangre, la cual resplandecía de una manera extraña al contacto de la luz de la luna, hipnotizándome al instante de presenciar como esas pequeñas gotas de color carmesí se deslizaban por su garganta manchando su piel

— Es tan embriagante tener esta impresionante vista —con la intención de probar aquel sabor metálico de su sangre, acerqué mi boca hasta la herida, pero antes de poder lamer su piel manchada, sentí un intenso ardor en la parte baja del abdomen—. Esto se pone más emocionante con cada segundo que corre. Quien diría que eres igual de sádica que yo pequeña hada —saco el objeto punzante de mi interior apartándome de un empujón haciéndome chocar contra la pared de manera estrepitosa

Dirigí mi vista hasta la herida que no se veía grave por fuera, guíe mi atención hasta el hada que se encontraba conmigo en la alcoba a la que nadie en su sano juicio sería capaz de entrar, mucho menos con la intención de matarme. La imagen que presencie en ese instante fue simplemente perversa, el arma con el que me había lastimado era la punta de una flecha, el objeto que sostenía pasaba por su lengua con sumo cuidado... saboreaba cada gota del líquido carmesí con una expresión de disfrute total por su sabor del mismo, el momento me causó escalofrío, algo que no experimentaba desde hace muchos años

Una sonrisa lasciva se posaba en su rostro mientras ladeaba la cabeza sin dejar de ver mis ojos ni por un milisegundo, acción que imite enseguida

Su manera de actuar era inusual, había cambiado drásticamente en unos cuantos segundos, era impresionable em pavor que podía causar con tan solo esa mirada tan sedienta que poseía cuando estaba enojada, su razonamiento era totalmente bloqueado por la ira, su sentido de la orientación o el miedo eran nulos cuando se encontraba en esa posición, y definitivamente sería un loco en este momento si aceptara que ver la verdadera cara de esa hada fue lo más excitante que he visto en todo lo que llevo de vida

La ElegidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora