CAPÍTULO 4

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Hogar, extraño hogar.

Astian le había comprado algo de ropa nueva a Harry como regalo al ver que la que le había heredadó Dudley le quedaba sumamente grande, después de todo no era un mal regalo, también llevaban más cosas para mejorar su estancia en la casa Black, Astian ya lo había prevenido de muchas cosas como de Kreacher, del cuadro de su abuela y sobre todo de que debido a la suma cantidad de habitaciones desocupadas en su hogar podria haber alguna criatura escondida en algún recôndito lugar.

–Creeme que mi abuela es tan encantadora como Snape, bueno... Al menos ella no me odia e intenta matarme. –solto una irónica risa.
–Pero se quién me querrá matar por haber ido al callejón Diagon solo y sobre todo aver volado hasta tu casa... Bueno, serás mi escudo humano para salvarme de un hombre lobo y una metamorfomaga loca.– Harry no estaba muy seguro de que esa idea le agradara mucho, tal vez nunca debió de insinuar que a Malfoy le gustaba su primo-hermano, aunque parecía más ser una realidad, sólo que el único que no se daba cuenta era Astian, podrá ser bueno en la escuela e inteligente pero ese tipo de cosas de el amor no se le daban.

Lo primero que le sorprendió al llegar a la casa de Astian fue que, se suponía que vivía en el número 12 pero sólo había 11 y 13, al parecer tenías que pedirle al hogar que apareciera, los dos apartamentos de al lado se habrían paso para dejar salir una enorme casa, se preguntaba si al entrar también desaparecería.

–Solo... No le hagas mucho caso a Kreacher.– Harry ya había conocido a un elfo doméstico, Dobby, que de hecho era el elfo de la familia Malfoy pero él lo había dejado en libertad tendiendole una pequeña trampa al señor Lucius Malfoy, ese elfo era muy amable y servicial pero... Algo extraño.

–¡Ya llegué! Llegamos...– se rió Astian en voz baja, se notaba nervioso.
–vamos a la sala.– Harry solo siguió a Astian mientras veía toda la casa, había muchas decoraciónes de serpientes, cuadros, el lugar se veía muy grande pero también muy solitario.
–Bueno... Sólo vivimos aquí Remus, Will, Kreacher y yo... Aveces se llega a quedar Tonks también pero... Creo que es mucha casa para tan poca gente.– llegaron a la sala, había un enorme sillón de terciopelo negro con muebles con lámparas a cada lado y una extendida mesa de cristal con un florero grande blanco con cerezos pintados en medio, también había muchos cuadros, había una repisa con distintas fotos que se movían,  fotos de Astian, Lupin y Sirius, incluso dónde salían los Potter y una de Albus Dumbledore con otras personas y había otras varias que Harry suponía sería la familia Black.

–La mayoría de retratos son de los antepasados Black, está casa era de mi abuela... Wallburga Black, por suerte su retrato está tapado ahora, dejó un hechizo de presencia en él, así que Remus le colocó unas cortinas para no verla y evitar que le gritara.–
Astian había ido a la cocina y había regresado con dos vasos de zumo de calabaza frío.

–Ponte cómodo.– le dió uno de los vasos y se sentó en el sillón, Hiba a hablar cuando escucho la puerta abrirse.
–Que suerte, no escuchó cuando me fui.– Astian suspiró aliviado.
–¡Ven a la sala! ¡Tengo una sorpresa!– Gritó el chico de ojos azules.
–¡Dime qué no trajiste otro animal!– gritó una voz desde la estancia, Astian miró a Harry y se rió.

–¡Nadamás a un ciervo!– su antiguo profesor de Defensa entró corriendo a la sala con cara de preocupación, al parecer si creia capaz a su hijo de hacerlo, no se veía ojeroso ni pálido, de hecho se veía bastante sano.
–¿Harry...?
–Ho..hola, profesor. –Astian soltó una risa al escúchar que lo llamaba profesor.
–Ya te había dicho que pensaba traerlo antes de los mundiales.
–Si, pero no cuando.– Lupin miró algo enojado a su hijo pero se acercó a Harry y lo abrazo.
–Que bueno tenerte aquí, por cierto... Feliz cumpleaños.– Ambos se separaron. –Lamento no tenerte un regalo, no sabía cuándo te traería este... Mocoso desobediente que después hablare con él, pero... Siéntete como en casa y disfruta tu estadía, lamento las condiciones pero como vez...–Lupin miró alrededor, la casa realmente no se veía mal– Es una casa muy grande para solo nosotros dos.–le sonrió amablemente.
–Aveces en mi aburrimiento limpio las habitaciones desiertas, es una suerte que Will es un exelente cazador de arañas, hablando de...– miró a Harry. –Tienes una gran variedad para escoger, deberíamos ir a buscarla para que dejes tus cosas, no creo que quieras dormir conmigo y Will. –Astian se rió y se levantó.
–Bueno, padre... Te veremos en la cena.– Astian tomó sus cosas y se llevó a Harry por las escaleras.

Primero le enseñó su habitación donde estaba Will dormido en su cama.
–Tiene su propia habitación pero aún así se queda aquí.– Harry sólo pensaba en como un gato tenía su propio cuarto y él antes dormía en una alacena bajo las escaleras.

La habitación era bastante amplia y cómoda, al igual que toda la casa tenía un tapiz negro, pero en las paredes había muchos discos de Vinil colgados, pósters de bandas muggles, un gran armario de madera, una cama con sabanas de color gris oscuro y cojines azules, un escritorio dónde había un gato de cerámica igual a Will que abria y cerraba los ojos, un tintero y muchas plumas, sobre una repisa la Saeta de Fuego, había un toca discos sobre una mesa en un rincón, había también un pequeño librero lleno de lo que parecían libros, pero en realidad eran álbumes de distintos tamaños, tenía varios marcos de fotos arriba y todo el piso tenía un tapete con un patrón de círculos azules, grises y blancos.
–Realmente es muy linda tu habitación.– dijó Harry admirandola, se notaba que a Astian le gustaba tener todo limpio y ordenado.

De ahí lo llevo a ver distintas habitaciones, incluso vió la de Will, era un cuarto casi del mismo tamaño que el de Astian, había un rascador de varios pisos, una casa en forma de castillo, incluso un pequeño armario con ropa de gato, collares, gorros y cascabeles de diferentes formas, un dispensador de agua y comida  y una enorme caja de arena aue que parecía una pequeña cápsula, el suelo tapizado con una alfombra peluda color blanco, Harry sólo pensaba que Astian debía de amar mucho a su gato, tardaron un rato en escoger su habitación y Astian tenía razón... En algunas había diferentes Criaturas, incluso suponía que había un Boggart en un gran armario abandonado en un cuarto.

–Pensare que está habitación está decorada por casualidad y no por qué ya la habías preparado.– Harry ya comenzaba a conocer a Astian mejor y sabía que no le gustaba no tener un plan o no tener algo preparado.
Era una habitación grande, la cama se veia cómoda, tenía sábanas rojas con detalles negros y dos almohadas de color dorado (era como estar en una habitación de Gryffindor) , el tapete era negro con cuadros blancos, había un escritorio amplio y un armario de madera con muchos cajones e incluso ya había un lugar para Hedwig, era una casa de madera sobre una base lo bastante grande para que ella se moviera cómodamente y durmiera con un bebedero al lado.
–¿Por qué no me trajiste aquí desde un inicio?– Harry entró y dejo sus cosas sobre la cama, parecía que Astian tenía buen gusto
–Bueno... Quería que vieras todas tus opciones.– Astian paseo nervioso.
–Pero... Desde que dijiste que querías vivir con nosotros, creo que me emocione un poco, ¿Te gusta?– miró a Harry.
–¿Bromeas?– Astian lo vío asustado.
–¡Es increíble!– Harry se aventó a la cama, tenía una gran sonrisa.
–Bueno... Me alegra mucho, ponte cómodo, mi habitación está cerca, avísame si necesitas algo, no creo que Hedwig tarde mucho en llegar, disfruta tu libertad, cornamenta.– Astian salió por la puerta, Harry seguía pensando que todo era un sueño, ¿Encerio si Sirius lograba limpiar su nombre... viviría así? En una cómoda y espaciosa habitación, con una familia unida y cálida que no odiaba la magia, en una enorme casa, tendría a alguien que seria como su hermano, con quién saldría a comer, de compras, con quién hablar sin sentirse anormal, ¿Seria feliz al fin?
Y pensando en que si era un sueño no quería despertar jamás, se quedó dormido.

El hurón y la Serpiente Donde viven las historias. Descúbrelo ahora