CAPÍTULO 12

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De regreso a casa.


Cuando sólo llevaban algunas horas dormidos el señor Weasley los despertó, el ojo de Astian seguía un poco hinchado igual que su pómulo y el labio le dolía, también Percy le había dado un golpe en el estómago que no pasaba desapercibido para Astian, en ese momento extrañaba a la señora Pomfrey, pero no era el único, Percy tenía los ojos morados por su nariz rota y un ojo más hinchado que el otro, desmontaron todo con magia para hacer todo lo más rápido posible, antes de irse lograron ver al señor Roberts, que apenas la noche anterior él y su familia eran las marionetas de unos mortífagos, sabían que realmente no estaba bien cuando los despidió con un «Felices pascuas»

Llegaron a dónde los habia dejado el traslador de la bota vieja y al parecer no eran los únicos que llevaban prisa por salir, había una gran fila esperando por un traslador, y como si fuera lo único que le faltaba a Astian... Se encontró con Cedric.

–¡Dios mío, Astian! ¿Qué te paso? ¿Te atacaron anoche?– se veía tan preocupado y lo examinaba con la mirada.
–Si... Un animal  salvaje se fue contra mi.– soltó una leve risa, si Percy hubiera estado ahí le hubiera dado pelea de nuevo.
–No te preocupes, estare bien.– quitó con cuidado la mano del contrario que tenía en su rostro, se despidieron cuando ya era su turno.

–Parecia que quería curarte las heridas a besos, «oh mi pobre Astian, dejame cuidarte» mua mua mua.– George seguía molestandolo.
–Se que es mi hermano, pero Percy ya se estaba pasando de idiota.– Fred recargo su codo en el hombro de Astian.

Antes de que saliera el sol, tomaron una llanta vieja que los llevó de nuevo a la colina, regresaron a la Madriguera sin hacer ruido, completamente cansados y sin ganas de nada,  a unos pasos de llegar estaba la señora Weasley preocupada, agradeciendo que todos estuvieran ahí, pero cuando vió a Astian pego un pequeño grito de horror.

–No te preocupes, Molly, eso se lo ha hecho Percy.– le contestó el señor Weasley antes de que le preguntara, la señora se llevó las manos a la boca sorprendida, pero no preguntó nada y se lanzó a abrazar a su marido, luego a Fred y George con tanta fuerza que sus cabezas chocaron entre si, parecía que la señora se sentía culpable por la última vez que los había regañado. Su esposo la calmó, ya estando todos en la cocina la señora Weasley estaba poniéndole algunas pomadas de hierbas curativas en los golpes a Astian, Percy también era atendido por su madre que lo regañaba en voz baja por su imprudencia.

–Disculpeme señora Weasley, he sido yo el primero en atacar a su hijo.– se disculpaba Astian mientras  la señora le ponía un paquete de espárragos congelados en un ojo.
–No te preocupes, cielo, lo importante es que todos están bien.– Hermione le había tenido que preparar un té con algo de Whisky a la mujer para que se calmara.
–Molly, tendré que ir a la oficina.– anuncio Arthur que acababa de leer el periódico, instantáneamente Percy, que ya tenía la nariz bien de nuevo gracias a la magia de su mamá, dijó que iría con él.
–El señor Crouch necesitara toda la ayuda posible.

–Claro... Sobre todo como ya no tiene elfina, podrías preguntar si te da la vacante.
–¡Astian! – está vez fue Harry quien lo quiso calmar. Antes de irse a su habitación por los informes que le quería dar personalmente a Crouch, Percy le dirigió una mirada llena de cólera.

–Yo creo que estaría encantado de ser el sirviente de Crouch.– está vez habló Bill que se estaba quedando dormido sobre la mesa, George, Fred y Ginny se rieron, pero su mamá les lanzó una mirada de enojo.

En ese momento un gran y largo maullido rompió la tensión, parecía que Will ya se había enterado de la llegada de su dueño y corrió hacia él para subirse a su regazo y mostrarle que lo había extrañado, eso le hizo recordar a Harry algo.
–Señora Weasley... ¿No ha llegado Hedwig con alguna carta?– la señora Weasley se veía algo distraída pero negó la llegada de su amiga, aún no había correo, para poder distraerse Ron les recomendó jugar Quidditch,  jugarían Bill, Charlie, Fred, George y Harry, Astian Prefirio no jugar y le prestó su saeta de fuego a Bill que luego se la pasaba a Ron.

Esa semana casi no se les había visto en su casa al señor Weasley y a Wheaterbi (Percy) pero cuando se llegaban a ver ni siquiera se miraban, solo fingían que no existían, parecía que nada haría olvidar el resentimiento entre Astian y Percy.

A la mañana siguiente tomarían el expreso a Hogwarts, tanto Astian como Percy se encontraban mejor, Astian se había dado cuenta que para su complexión, Percy realmente tenía fuerza ya que aún le quedaba una pequeña marca amoratada en el pómulo, esa noche justamente estaba el chico quejándose de todas los vociferadores que les llegaban quejándose de la seguridad en los mundiales, Astian se limitaba a fingir que no oía nada mientras revolvia su comida de un lado a otro y aveces le daba algún pedazo de patata a Will, el único que no se dejaba ver era el señor Weasley, hubo un momento que Astian no pudo dejar de fingir que Percy no existía al escucharlo.

–Papá piensa que tiene que compensar el error que cometió el día del partido de alguna manera, sinceramente fue muy imprudente hacer una declaración pública sin contar con una autorización...– pero antes de que el pelinegro defendiera al señor Weasley, Molly estalló de repente.

Astian prefirió levantarse de la mesa e ir a la habitación que aún compartia con Charlie y Bill, ya no le apenaba tanto estar con ellos, había decidido leer uno de los libros que amablemente le compró la señora Weasley en el callejón Diagon, unos segundos después llegó Will con una enorme araña en la boca.
–No, no, no, ¡William, aleja esa cosa de aquí!– pero el gato se veía orgulloso de haber cazado ese pequeño monstruo, Astian sólo corría alrededor de las camas evitando al gato que lo seguía.

–Gato del demonio ¡Lo estás haciendo a propósito!– Will iba detrás de su dueño
–¿Que es ese alboroto?– Bill iba entrando desconsertado por la escena que presenciaba, no pudo hacer más que reírse hasta que Astian se escondió detrás de él.
–Bien, amiguito, basta de perturbar a tu dueño.– Bill tomo al gato y lo sacó de la habitación, Astian suspiro aliviado.
–Lo siento, debo verme como un idiota.
–El chico que vive con un hombre lobo, lo atacó un hipogrifo y le rompió la nariz a mi hermano... ¿Le tiene miedo a una araña?– Bill tenía uma divertida sonrisa en el rostro.

–Incluso hasta el hombre más valiente del mundo le tiene miedo a algo insignificante, estoy seguro que lo que te aterra a ti, es que tu madre te corte el cabello mientras duermes.– Bill se rió y se sentó junto a Astian en una de las camas.

–En realidad, le tengo pavor a los zombies.– fingió un escalofrío y Astian soltó una risa. –Claro, el chico guapo y cool que pelea contra mortífagos, le tiene miedo los zombies.

Astian disfrutó, lo que pensaba sería su última charla con Bill, por la mañana tendría que tomar el expreso a hogwarts junto a los demás, daba gracias que Percy ya había acabado sus estudios, aunque de cualquier manera estaba seguro que no lo vería seguido si aún siguiera en Hogwarts, la lluvia azotaba las ventanas y el viento silbaba fuertemente, ya estaba acomodando todo lo que le había conseguido la señora Weasley, el libro reglamentario del nuevo curso, una docena de pergaminos, cambios para su equipo de preparación de pociones y algo de dinero extra que habia sacado de su cámara en Gringotts, también había algo más, pero no era de la señora Weasley, era un paquete envuelto que tenía una nota, era de Tonks.

«Me he enterado que necesitabas ropa de gala para este curso y siendo tu mejor amiga me he puesto en marcha a buscar algo de tu fino gusto, espero haber acertado, si te toman fotos mándamelas, te quiere: Tonksy»

Astian sonrió al leer la carta, pero no sabia sobre lo de la ropa de gala, abrió el paquete, era un traje y una túnica azul marino, la camisa era negra y llevaba un moño y un pañuelo azul cielo, los bordes de el chaleco de botones dorados tenían detalles negros, a Astian le parecía un traje encantador, realmente Tonks había acertado por completo, con cuidado la dobló y la guardó en su baúl entre las demás Túnicas de la escuela que amablemente le había planchado la señora Weasley, apesar de lo que pasó en el campamento y pelear con Percy, se sentía en un ambiente cálido y unido, era lo que siempre había querido, estar en una familia donde todos comieran juntos, conversaran de su día, la mesa estuviera llena y la alegría se contagiará, al menos tenía a Harry con él y al parecer este curso de nuevo su circulo social creceria un poco, sabía que Lia se pondría como loca cuando viera que Cedric Diggory, el buscador de Hufflepuff lo trataba así.

El hurón y la Serpiente Donde viven las historias. Descúbrelo ahora