Es tu primer día en los Vengadores después de que Nick Furia te reclutara. Aquí empezará tu aventura rodeada per los personajes del universo Marvel. Misiones arriesgadas, Amistad, diversión y ¿por que no? quizás romance...
Esta és una historia que p...
Era más de media noche. No sabías exactamente cómo habías logrado salir de ahí y llegar hasta la Base. Te sentías a salvo, por fin, pero a la vez avergonzada. Tenías la sensación de haber metido la pata hasta el fondo. La misión había sido un desastre, tu tapadera había sido descubierta y te habían tomado como rehén. Aunque habías conseguido escapar con vida gracias a tus poderes, Hidra conocía ahora tu identidad, y eso te dejaba en desventaja a partir de ese momento. No sabías cómo ibas a explicar lo sucedido a Furia y a tus compañeros. Y para colmo te habían herido mientras escapabas. Tenías una bala insertada en el muslo y apenas podías andar. Casi te arrastraste hasta la enfermería. Empezaste a rebuscar unas pinzas, gasas, desinfectante o algo parecido para intentar limpiar la herida.
- ¿Qué es este alboroto?
Oíste una voz a tu espalda. Te giraste rápidamente intentando ponerte en posición de defensa, pese al dolor. Y viste a Loki mirándote desde el umbral de la puerta con una ceja levantada. Su expresión denotaba que lo estabas molestando con lo que fuera que estuviera haciendo.
- ¿Qué haces aquí? - espetó cruzándose de brazos
- Me han herido - señalándole tu muslo ensangrentado - ¿dónde están todos?
- A ver - dijo haciendo como que contaba con los dedos de la mano – mi hermano en Asgard para no sé qué, Rogers se fué ayer con Burns a no se donde, Romanoff está en Europa haciendo lo que sea y Tony se marchó a no sé qué fiesta hace horas. El resto, no tengo ni idea y, sinceramente, no me importa lo más mínimo.
- ¿Es que no sabes nada? - preguntaste un poco molesta por sus formas y su indiferencia.
- Sé que has interrumpido mi descanso.
- Mira, sé que no soy Santo de tu devoción, pero en este momento necesito que me ayudes.
Loki te echo un vistazo rápido, sin acercarse demasiado a ti. Ojeó tu pierna e hizo una mueca de desagrado. Habías perdido bastante sangre, te sentías débil, cada vez más. No tenías conocimientos de medicina y, sabías que necesitarías que él te echara una mano. Hubieras preferido a Bruce, Clint o Nat, incluso Tony o Steve te hubieran venido bien... Pero tenías que conformarte con él.
- No puedo hacer esto sola, necesito que saques la bala- te sentaste en la camilla y le pusiste ojitos.
- Grrr- gruñó Loki con desaprobación por lo que iba a hacer - Está bien. Te ayudaré, pero luego me dejarás tranquilo.
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- Si si, lo que quieras.
Se acercó un poco y extendió su mano sobre tu herida moviendo los dedos, como si acariciar las teclas de un piano. Tú cerraste los ojos, por lo que pudiera pasar. Nunca te habían disparado, pero te imaginabas que el sacarte la bala iba a doler.
- Ya está... Puedes abrir los ojos, vamos. Saldrás de esta, no te preocupes - dijo medio en broma, más conciliador.
- ¿Ya está? pero si ni me has tocado.
Miraste tu pierna y no dabas crédito. Tenías la herida limpia y vendada. Aún te dolía un poco, pero estabas mejor.
- No hace falta tocar si tienes magia- se encogió de hombros
- ¿Me has curado?
- La bala está ahí en la mesa, por si la quieres de recuerdo. Limpia la herida cada día y cámbiate el vendaje- dijo dando media vuelta y saliendo de la habitación con fingida soberbia.
