Capitulo 1

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Sam.

Hoy estoy muy enérgica.

Reproduzco la playlist anteriormente seleccionada y Lost Cause suena, retumbando en mis audífonos.

Termino mis minutos en la cinta de correr. El cabello se me pega en la espalda, estoy sudando como nunca. Completo las rutinas de abdomen del día de hoy quedando exhausta. Me empino la botella con agua fría.

—¡Dios mío! —Aparece mi entrenador viéndome con orgullo.

—Hoy en modo de celebración, comeré algo sumamente grasiento... —comento mirándolo—. Que rica la grasa —bromeo.

—Samanta —me dice, aniquilandome con la mirada.

—No me digas así o te enseño la furia de estos puños —me pongo en posición de combate.

El moreno suelta una carcajada.

Martin es mi entrenador de boxeo y también, se encarga de las rutinas que manejo en el gimnasio.

—Está bien, Bruce Lee. Solo no comas mucho. —Me abraza.

—¡Qué tonto! Bruce Lee no era boxeador. —Le doy un golpe en el abdomen.

Me separo de Martin.

—¿Volverás todos los días?

—No. La universidad queda a las afueras de la ciudad, no puedo hacer un viaje así todos los días...

—¿Cambiarás mi gimnasio de alta alcurnia por otro? —Se lleva una mano al pecho, dolido.

Ahora soy yo quien suelto una carcajada.

—Lo siento, Mart.

Después de una larga conversación con Martin. Salgo a estacionamiento en busca de mi Audi A3 negro. Abordo el auto y reviso mi teléfono. Tengo unos mensajes de mi hermana y también de mi mejor amigo. Abro el primer chat.

Jen: ¡Que guapa estas hoy!

Jen: Hermanita hermosa... queria pedirte un favor ☺

Envía una foto donde hay una larga lista de alimentos. Volvió a hacerlo.

Ruedo los ojos, encendiendo el motor.

Esa es mi hermana, aprovecha que estoy afuera de casa para enviar a hacer las compras de la casa, porque ella odia salir de casa. Solo lo hace cuando va a trabajar y eso porqué va a trabajar, sino tampoco. Y hoy está descansando.

***

—Hola, Leo. —Le sonrío al chico que está detrás de la caja registradora—. ¿Ya llegó el libro?

—Si.

—¡¿Llegó?! —grito de emoción.

—Sam, ¿algún día dejarás de grit...? —No lo dejo terminar, me lanzo para darle un abrazo fuerte y salgo corriendo por el pasillo a buscar mi libro favorito.

Lo leí en digital, ya que no pude comprarlo cuando salió porque se me adelantaron.

Ojala se les rompa.

¡No! Así no, consciencia.

En menos de dos días se vendieron todas las copias y casi lloro por no haber conseguido la primera copia.

Me detengo frente al pasillo y me doy cuenta que hay un hombre buscando en la misma estantería, revisando libro por libro. No. No es un hombre. No está tan viejo, dudo que pase de los veinticinco años. Su melena negra cae por su rostro como dos cortinas, aunque su cabello no es muy largo, es solo la postura inclinada que está usando.

Dame tu mano [Serie Dámelo #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora