Dame tu mano [Serie Dámelo #1]

Capitulo 12

Sam.

Salgo del salón en compañía de un compañero el cual habla hasta por los codos, oh, bueno, por los dos. Lo cual me alegra ya que no me debo forzar en una conversación.

Me cuenta que está emocionado por querer terminar la carrera pronto para irse a trabajar con una de las editoriales más grandes del país.

Sonrío.

No hay nada más fascinante que escuchar a las personas hablar de sus sueños más grandes.

Con cuidado de no acercarme mucho a la baranda me asomo y encuentro con la mirada a Jay en la plaza. Conversa con Daniela, pero por su lenguaje corporal y el cómo uno mueve las manos y el otro niega me da la sensación que están peleando.

—¿Tu chico prohibido? —Eric se ríe y yo me giro hacía él confundida.

—¿Qué?

—El churro que está discutiendo con ella.

Meneo la cabeza ante la idea.

—Son mis amigos.

—Amigos el ratón del queso —canturrea, haciéndome reír.

—No. No me gusta Jay y además, es el mejor amigo del que me interesa. Y por supuesto, Jay es el novio de mi amiga.

Asiente.

—¿Crees que si terminan podrías presentarmelo?

Le doy una mirada cruda.

—Era broma. Relax.

Ruedo los ojos con diversión y bajamos los tres pisos discutiendo sobre el trabajo que nos dejaron en grupo.

—Podríamos reunirnos mañana —dice Eric—. Y en dicho caso de que se nos alargue el trabajo podemos continuarlo el fin de semana.

Asiento. Pues recuerdo que no tengo muchos planes, solo las noches de película con Gavin e ir a arreglarme las uñas con Dani.

Salimos del edificio y giramos, en eso, nos topamos con Diego que le da un largo trago a su agua de limón con gas. Trae las mejillas rosadas por el calor.

—Hola. —Saluda lanzadome un beso y luego se gira hacía mi nuevo amigo—. Hola, soy Diego.

—Soy Eric —se presenta—. Pero tú dime príncipe Eric.

Se me escapa una carcajada y de inmediato me llevo las manos a la boca. Las mejillas de Diego se tornan más rosadas y por la expresión de Eric, cumplió su cometido.

—¿Cómo estás? —Diego cambia de tema, mirándome.

—Bien, ¿tú?

—Mucha biología —se encoge de hombros—. ¿Qué te parece si cenamos hamburguesas esta noche? Tu amigo podría venir —murmura sin mirarlo—. Hoy por fin entregaré unos proyectos y quedaré libre hasta nuevo aviso.

—¿Qué estudias? —inquiere Eric.

—Biología Marina.

—Interesante.

Levanta sus ojos fijándolos en los de él.

—Lo es.

Ladeo la cabeza intentando identificar la chispa que empezó a surgir tan rápido entre ellos. ¿Acaso estoy mal...? ¿Estaré confundiendo algo?

Unos brazos me toman y me alejan de ellos y antes de que pueda gritar por auxilio, me giran y aprietan contra una pared.

—Te vi incómoda. —Se burla Gavin.