100 días de escritura
"Escribe acerca de una espera"
Sentado en un mueble que no es el mío, en una casa ajena, viendo por la ventana, mi celular reproduciendo un video donde las palabras y música llegan a mi cabeza como garabatos auditivos, una obra abstracta que no tiene pie ni cabeza, simplemente un intento de distracción que no tiene resultado.
Cinco o tal vez seis o tal vez siete de la mañana, el tiempo se borró una vez que mi cuerpo procesó esta cuarta o tal vez quinta o tal vez sexta taza de café. Llegué a tu casa al rededor de las tres de la madrugada, desde entonces no he podido reconciliar el sueño.
Mi mente anda en vórtice de pensamientos sin una conclusión, miento, con una conclusión que no he querido aceptar.
En el primer piso, en la sala de tu casa, ya el video acabó, ahora puse una reproducción de boleros que tampoco puedo escuchar, Tu en el segundo piso, durmiendo plácidamente creyendo que yo me consigo a tu lado.
Toda las posibles situaciones que se podrían dar a la hora que te despiertes pasan por mi cabeza, una infinita lista de conversaciones y discusiones que no quiero que sucedan pero al mismo tiempo necesito la respuesta que mi cerebro ya tiene pero no me quiere ofrecer, desea que lo hagas tú.
¿Será que te despierto?
Pienso una y otra vez
¿Te mereces el respeto de dejarte descansar?
Pregunta mi cabeza cínica
¿Será que simplemente me voy y no regreso?
Me levantó, sirvo otra taza de café y salgo de la casa, los pies se detienen en las escaleras que se dirigen hacia la calle, la idea de huida la rechazo. Un clima fresco, personas paseando a su mascota, gente mayor trotando y yo sentado en las sillas afueras de la casa observando todas estas cosas que en su momento hubiera disfrutado del exterior, intentando entender todo lo que está sucediendo en el interior.
Vuelvo a entrar en la casa y después de pensar unos segundos si tomarme otra taza de café, decido solo lavarla, guardarla y volver a sentarme en el sofá, con un dolor en el pecho, respiración agitada, ojos cansados y un peso en mi cuerpo causado por la molestia, o la tristeza, o la decepción, o la confusión. En un impulso causado por la incertidumbre ( y tal vez por la inexplicable cantidad de cafeína en mi cuerpo) me levanto del mueble, pauso la música, que aunque estaba en el mínimo volumen, sonaban como gritos desgarradores compitiendo con mis pensamientos que ya estaba lo suficientemente ruidosa y en un momento de silencio muerto, mi corazón paró en seco, mi cabeza quedó en blanco y una punzada pegó en mi pecho al escuchar alguien bajando por las escaleras y una voz preguntando:
- Amor ¿estas bien?
.Reto de: Micaela Aguirre.
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El cuaderno rojo
Non-FictionOpiniones, pensamientos y pequeñas historias que salen de mi cabeza plasmados en estas hojas digitales para el gusto de un público interesado :)