Short story VIII - "HB"

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Me consigo corriendo, noto como el sudor corre por mi frente como agua recién salido de la ducha, estoy escapando, una feroz bestia ruge fuertemente detrás de mi, el rugido parece una risa humana combinada con un animal furioso.
No logro identificar donde estoy exactamente todo esta muy oscuro, a veces logro ver un bosque frondoso, otras veces estoy en un pasillo estrecho y en otras en un ambiente post-apocalíptico, pero mi mayor enfoque es lo que me persigue, volteo para identificarlo y observo una figura humanoide con largas piernas y brazos, tiene un traje de gala destruido, sucio y viejo, corre usando sus brazos como piernas y sus dedos alargados y esqueléticos deja un rastro donde toca, tiene una boca exageradamente grande y unos dientes amarillos y afilados como alfileres, puedo ver como sus ojos están completamente enfocados en mi y sus expresiones en su cara demacrada demuestra una gran furia.
Sigo corriendo con todas mis fuerzas, mis piernas están exhaustas y mis pulmones parecen pedir que me detenga pero cada que pienso hacerlo parece que este gigantesco monstruo gruñe más fuerte.
Temo por mi vida.
Mi pies están sangrando, los zapatos que traía se desgastaron hace tiempo atrás, de tal manera que se desprendieron de mis pies.
Puedo escucharlo cada vez más cerca, su energía es inacabable y su velocidad incomparable, llego a creer que tengo la ventaja solo porque él quiere, su risa, gruñido o grito entra por mi oreja haciendo que mi cabello se erice, siento como estas detrás de mi, una mano agarra mi hombro haciendo que me detenga bruscamente, caigo y empiezo a rodar por el suelo golpeándome por doquier, una pared o un árbol me detiene y quedo sentado.
La bestia se acerca lentamente y veo su determinación de arrancarme la cabeza con sus dientes, cierro los ojos aceptando mi fin y en suspiro escucho a la bestia gritar:
-¡ CUMPLEAÑOS FELIZ!- Quedo completamente asombrado y paralizado y este sigue cantando - TE DESEAMOS A TI, QUE CUMPLAS MUCHOS AÑOS...
Al abrir los ojos una luz me sorprende, la antigua bestia ahora es un señor con facciones agradables, el traje de gala de color grisáceo está en perfectas condiciones y sus largas articulaciones son normales otra vez, sus manos, que dejaron de ser esqueléticas, sostienen una torta con exactamente veintitrés velas encendidas.
-Tengo miedo- le digo a la bestia.
-Sopla- me responde.

El cuaderno rojoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora