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CADA CUAL ABRE su cofre, sonrío con ojos brillantes al ver mi preciado arco, lo tomo sin más preámbulos, seguía igual de bonito.
-¿Éramos tan altos? -pregunta Lu sacando un vestido suyo-
-Bueno, en ese entonces eras más mayor -dice Susan hacia su hermana-
-A diferencia de cientos de años después, cuando eres niña -miro a Ed que llevaba un casco que le quedaba enorme y una risa escapa de mi boca-
-Eso o que eras un cabezón -bromeo yo y Ed me mira de mala manera-
Susan rebuscaba en su cofre y yo frunzo el ceño.
-¿Que pasa Su? -dice mi hermano acercándose a su novia-
-Mi cuerno, lo debí dejar en la montura el día que regresamos.
Peter abría su cofre y de él sacó su espada, la cuál desenfundó.
-El gran invierno ha caído, con su potente rugido -lee Peter la hoja de la espada-
-Al sacudir su melena, la primavera llega. Todos nuestros amigos, el señor Tumnus y también los castores, ya no están.
Al escuchar las palabras de Lucy nos miramos entre todos dandonos cuenta que todo no era tampoco felicidad, gente importante se había ido, Aylin también lo habría hecho, mi mayor aliada y amiga.
-Ya es hora de averiguar que sucede -habla Ares con su lanza en mano, todos asentimos de acuerdo, incluso Evelyn que no sabía bien lo que pasó-
[...]
Ya estábamos vestidos como unos narnianos, caminábamos casi al lado de un río, cuando de la nada vimos dos hombres con un enano dispuesto a tirarlo al agua.
Peter, Ed y mi hermano se ponen en guardia con sus armas y yo ya tengo una flecha en mi arco dispuesta a lanzarla.
-¡Liberalo! -grita Susan-
Los dos hombres tiran al enano al rio, Peter, Edmund y mi hermano van en busca del enano así que se tiran al río.
Uno de los dos hombres saca una ballesta dispuesto a darnos así que yo lanzo mi flecha, dándole en el hombro haciendo que se caiga al agua.
Peter y Ares sacan al enano del agua y Ed saca la barquita del agua, guardo mi arco y mis flechas en el carcaj y miro a los tres comprobando si estaban bien.
-¿Que me liberen? -le pregunta el enano furioso a Susan- ¿no se te ocurrió algo más inteligente?
-Un simple gracias es suficiente.
-Ellos sin tú ayuda ya estaban ahogándome perfectamente.
-¿Osea que no querías que te salvaran? -hablo yo-
-¿Por que trataban de ahogarte? -pregunta Evelyn-
-Son telmarinos, eso es lo que hacen.
-¿Telmarinos, en Narnia? -pregunta Ed confundido-
-¿Dónde has vivido los últimos cien años?
-Es una larga historia -dice Lu, mientras Susan, Evelyn y yo le damos sus armas a los chicos-
Al enano narniano parece que le había llamado la atención el arma de Pet, por el característico león en la empuñadura, luego dirige su mirada a mi, bueno más bien a mi arco y abre un poco su boca sorprendido.
-Decidme que esto no es verdad, ¿sois vosotros, los reyes y reinas de antaño?
-Soy Peter, el magnifico -le extiende la mano-
-Quizá debiste omitir lo último -le habla su hermana, Susan-
Todos menos él echamos una pequeña risa y Ed me mira para no reírse pero no puede contenerse y termina riéndose.
-Probablemente.
[...]
Después de que Ed se hubiera batido en duelo con Trumpkin, el enano narniano, Peter y Ares estaban remando el pequeño barco por todo el río.
-¿Te duele? -le pregunto a Ed viendo el pequeño corte en el pómulo-
-No, tranquila, estoy bien -me sonríe el pecoso-
Mojo un pañuelo de tela en el agua del río y me acerco a Edmund, con cuidado paso el pañuelo por la sangre seca ante la mirada de Ed puesta en mí, suelta un mini quejido y sujeta mi muslo por encima del vestido apretandolo, los dos abrimos un poco los ojos y Ed suelta mi muslo.
-Perdón Aten.
-No pasa nada Ed -digo con las mejillas en un tono carmesí intentando darle poca importancia a lo que ha pasado-
