De perdones y temores

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La sangre escurría de aquellos tensos nudillos, pero eso a Crowley no le importó, él solo necesitaba descargar su ira, y aquellos pandilleros de poca monta parecían ser las presas ideales para dejar que su enojo saliera de alguna forma de su cuerpo. Cada que su piel impactaba contra los estómagos de aquellos betas, Crowley se imaginaba que eran los hombres que se había atrevido a tocar a su Omega.

—Señor...

—Ahora no, Belcebú.

Aquellos betas ya no tenían dientes y apenas si podían abrir los ojos, pero Crowley cegado por el dolor, no dejaba de patearlos, de todas formas, no era como si alguien se fuera a atrever a contradecirlo.

—Espero que con esto hayan entendido quién es el que manda aquí. Así que la próxima vez que se atrevan a negarme algo, piénselo dos veces— el Alfa les escupió antes de tratar de arreglarse su ropa— Díganle a su jefe qué hay un nuevo líder por estás calles, y si alguien se atreve a desafiarme, bueno, no vivirán lo suficiente como para hacer alarde de eso.

Toda la mafia de Crowley bajó la cabeza, sabían que si su jefe estaba enojado, sería un error meterse con él. Así que se limitaron a ver sus pies mientras el Alfa salía de aquellas bodegas, extendiendo su mano hacía Belcebú, quién le extendió un pañuelo.

—¿Por qué estás aquí y no cuidando a mi omega?

—Creí que le interesaría saber que en estos momentos el señor Aziraphale se encuentra en un local de comida rápida con sus dos hijos y completamente a solas— Crowley observó la pantalla de su celular, sonriendo ante el video que aparecía frente a sus ojos— He dejado hombres cuidándolo, no debe de preocuparse por nada.

Crowley no tardó demasiado antes de llegar hasta su moto.

—Señor, antes de que se vaya ¿Puedo hacerle una pregunta?

El alfa bufó, colocando el casco en sus piernas—Date prisa, no tengo todo el día.

—¿Usted va a aceptar a esos niños? Digo, es que...—Belcebú se rascó la nuca—Eso bajaría su estatus en el mundo en el que estamos.

—Eso es solo si alguien se entera— Crowley se encogió de hombros— Si Aziraphale ama a esos niños entonces tendré que quedarme con ellos, aceptarlos como míos, aunque eso no me impide hacerle unos cuantos hijos más, para que recuerde a quién realmente pertenece. Así que encárgate de hacer correr el rumor de que esos niños son míos, no quiero problemas por eso en el futuro— y sin esperar más, Crowley hizo que su moto avanzara por las abarrotadas calles de New York, hasta llegar al lugar de comida rápida dónde Aziraphale comía muy alegre una hamburguesa.

Crowley no pudo evitar sonreír, ver comer a su ángel le hacía sentirse como en casa.

—Creí que ya no nos volveríamos a ver— murmuró Aziraphale en cuanto vió a su ex alfa acercarse.

—He extrañado mucho esa lengua ¿Lo sabes? Extraño como podías hacerme ver el paraíso o mandarme al mismo infierno con esos labios que hacen mucho más que hablar— Crowley sonrió acariciando la mejilla de su omega, quién por más que se mostraba valiente y seguro de sus palabras, en realidad sentía el corazón volverse loco con la presencia de ese hombre, a quién los años solo habían logrado hacerlo más atractivo.

—Basta Crowley, estamos en un lugar público.

—Eso jamás impidió que nos divirtiéramos ¿Recuerdas cuándo celebramos que habíamos pasado con éxito los exámenes que tanto te estresaban? Aunque siendo sincero no debías de preocuparte, conmigo a tu lado tenías solo que dedicarte a leer y escribir tus libros— Aziraphale se estremeció ante el recuerdo— Siempre te dije que yo iba a cuidarte, mientras mi pene entraba y salía de ti, mientras me rogabas por más, yo te prometí que a mi lado nada te faltaría— el omega soltó un jadeó cuando la mano de Crowley se posó sobre su rodilla— Tu rostro sonrojado, con las pupilas dilatadas y tus ruegos me hicieron prometerte muchas cosas ¿Ya las olvidaste?— aquellos largos dedos comenzaron un ascenso hasta los muslos del rubio, quién por más que intentaba decir algo, simplemente no podía, sus labios ni su cuerpo querían que aquella sensación se detuviera.

Omega | Ineffable HusbandsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora