La propuesta

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Lamento haber estado tan inactiva, pero ando en la recta final de mi semestre y mis proyectos me atormentaban 😩, prometo que la próxima semana se regulan las actualizaciones de las 9 historias jsjsj.
Espero les guste el capítulo, creo que hasta ahora es el más largo.
Los amo❣️
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—Papá ¿Por qué Crowley no ha venido? Lo extraño— Muriel dejó de lado su libreta y lápices para centrar su atención en el Omega que detuvo todo lo que estaba haciendo al escuchar a su pequeña decir aquel nombre.

—Solo han sido cuatro días, tranquila cariño — Aziraphale le sonrió tratando de consolarla.— Ahora, termina tu tarea— Muriel no estaba muy conforme con aquellas palabras, pero terminó por asentir y hacerle caso a su padre, pues no quería hacerlo sentir mal.— Veré como va Adán con sus flores.

Pese a que sus palabras, incluso su andar eran tranquilos, su mente, corazón y alma no compartían la misma calma, él también estaba preocupado ¿Dónde estaba Crowley? ¿Cómo estaba sobrellevando toda la verdad? Cada que pensaba en ello el pecho de Aziraphale dolía. Extrañaba más de lo que quería admitir a ese Alfa, pero al menos estaba seguro de que está vez no los había abandonado, no del todo, pues una camioneta negra estaba estacionada frente a su hogar las veinticuatro horas del día.

Belcebú, la segunda al mando de la organización de Crowley era quién los vigilaba y aunque al principio se había mostrado renuente a llevar una convivencia más allá de lo profesional, al final los niños habían logrado convencerla de pasar a su casa para que comiera algo e incluso se distrajera hablando con Aziraphale o simplemente jugara con los pequeños que muy de vez en cuando la hacían mostrar una pequeña sonrisa.

—Las flores van creciendo muy bien, parece que todos los materiales que trajo Belcebú han servido— Aziraphale se acercó a su hijo con un vaso de agua.— Haz estado trabajando duro, deberías de descansar un poco.

—Quiero mostrarle a Crowley mi progreso.

—¿Lo extrañas?

Adán no respondió a la pregunta, pero no era necesario que lo hiciera cuando era evidente que si lo hacía.

—Deberías marcarle— dijo finalmente el pequeño, dejando de lado la bolsita de abono que Belcebú le había llevado por encargo de Crowley.

—Lo haré, lo prometo.

Aziraphale regresó al interior de la casa, encontrando a Belcebú y a Muriel coloreando un pequeño libro que al parecer la Alfa había llevado. El Omega se aclaró la garganta y Belcebú se levantó para llevar al rubio hasta un lugar dónde los niños no pudieran oírlos.

—Crowley ya viene de regreso. Pero me ha pedido que los niños se queden conmigo mientras ustedes hablan.

El corazón de Aziraphale se aceleró al escuchar la noticia.

—¿Él... Él se escuchaba bien?

—No lo sé, creo conocerlo, pero hay ocasiones dónde es muy bueno ocultando lo que piensa, lo siento, está vez no puedo ayudarte.

El Omega asintió— Gracias, pero no es necesario que te quedes con los niños sino quieres, puedo decirle a Newt y a Anathema que se queden con ellos, a mi hijos les dará alegría hablar con sus tíos. Después de que Anathema les dijo que estaba embarazada, Muriel y Adán son los pequeños más felices ¿Viste los dibujos que le han estado haciendo al futuro bebé?

Omega | Ineffable HusbandsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora