Apenas llegué a casa me acomode un poco, y me saque la ropa, ver mi reflejó cada día me cuentas, ver las cicatrices de aquella fatidica noche, recordar todo cómo me tocaba, el cuchillo en mi cuellos, su asqueroso olor, y el estándo a orcadas encima de mi, solo recordarlo me duele, aunque mis heridas externas han sanado las internas siguen doliendo como el primer día.
Cubri rápido mi flaco cuerpo con mi pijama, para no seguir recordando el pasado. Saqué el libro de mi mochila y lo lei, era muy entretenido desdé el principio; contaba una gran historia de amor, de un francés con una Estadounidense, su amor era imposible, pero nunca se rindieron ante las adversidades. El chico era todo lo que podía soñar atentó, protector, gracioso, responsable, respetuoso, alto, cabello rubio, ojos verdes, todo lo que un hombre de este mundo no es y que sólo un personaje ficticio sería.
Cuando acabé el libró hubo un vacío en mi, como siquiera ser como las protagonistas de mis libros con una vida perfecta, un físico ideal, una vida social y un chico perfecto. Me quedé dormida con mi libro abrazado, pidiendo a Dios que al menos mi vida pudiera ser como los libros que leo.
★★★
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Entré la fantasía o la realidad.
Fantastiktanto la fantasía como la realidad son buenos para nosotros, sólo hay que hallar el equilibrio entre ellos. Una tarea un tanto difícil para Emily Watson.
