Capítulo 40 M.E

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Estaba emocionado. Por fin había podido volver a comer y hoy sería mi primer día entrenando con Billy como antes.

La recuperación era lenta y apenas comía lo que debía para mantenerme vivo, pero es mejor que nada. Estoy feliz con el haber parado los vomitos.

-Recuerda la mochila -avisó mi mejor amigo mientras yo esperaba a mi compañero de entrenamiento.

-Nunca he llevado mochila -comenté con mi nueva libreta.

-Te recuerdo que casi te mueres hace tres días -parecía molesto -ahí te dejé varias de esas barritas, agua, dulces y chocolates por si te descompensas.

-No estuve tan mal -traté de defenderme aunque claramente era mentira.

-¡Casi haces que me dé un infarto idiota! -me lanzó un libro que esquivé.

El timbre tocó salvandome, puse la libreta en la mochila y me fuí con mi otro amigo.

-¿Puedo preguntar algo? -me miraba la cabeza, a lo que yo asentí extrañado -¿Hay más como tú? Digo, personas con partes animales.

Paré de trotar y saqué el cuaderno para explicar.

-Sí y no -mostré -trataron de hacer más, pero no funcionó y solo quedé yo.

-Entiendo -me ayudó a guardar las cosas y seguimos nuestro camino -gracias por cuidar a la mocosa de mi hermana.

Le sonreí. Me comenzaba a sentir cansado, pero era normal, tenía mucha masa muscular que volver a ganar.

Pasábamos por el bosque cuando sentí algo raro.

Un aroma a sangre quemada era perceptible, por lo que a pesar de las protestas de Billy, seguí el rastro.

También me iba a servir como un descanso.

Al final llegué al centro de un círculo de árboles con la fuente del aroma al centro.

-¿Qué haces? -me preguntó molesto mi amigo desde más  atrás -nos vamos a perder.

Algo me hizo sombra, por lo que miré hacia arriba notando algo parecido a un murciélago.

Antes de darme cuenta unos tentáculos negros emergieron de a tierray me atraparon.

Traté de rasgarlos y lastimarlos, pero por la falta de nutrientes mis garras se partían y mi brazos sedían arrastrándone bajo tierra mientras escuchaba los gritos de mi amigo.

Luego de un juego de luces extraño aparecí aún rodeado en el "otro lado" y veía mi portal cerrarse.

-¡¿Otra vez tú?! -cuestionó una criatura toda quemada, pero por el olor, debería ser número uno.

Me dejó caer y me quedó mirando con asco

-Pareces un trapo -se burló.

-Y tú algo que mastiqué -le seguí el juego.

-¿Y padre? ¿Y Once? -al escuchar el nombre de mi hermana me puse en alerta.

-No están en el pueblo -eso era cierto con nuestro padre, al menos.

-Mientes -afirmó -él ya sabe que no estás muerto y te está buscando, aunque pareciera tu aspecto dice lo contrario..

-Gracias por el dato -comencé a caminar para buscar otro portal, pero fuí detenido por otro tentáculo.

-¿Quién dijo que te puedes ir? -me volteó -tú serás la carnada.

-Tan inteligente y estúpido a la vez -afirmé -no se puede atraer a una presa acon una carnada en otra dimensión. Es como esperar que un pez salte a tu bote porque porque tienes un gusano en la cabeza.

-Siempre fuiste extraño -aseguró -ni para hacer metáforas sirves.

Lo quedé mirando ya cansado de su actitud.

-Mi plan es brillante -se jactó -él estará con una espía soviética hoy en el centro comercial que van a abrir en tu mundo. Yo te dejaré en el intermedio para que lo guíes hasta mí.

-¿Y con qué lo guío? ¿Con la voz? -me burlé.

¿Un plano intermedio?

[Presto cambio]

-¡¿Se te perdió?! -gritó Steve.

-No se me "perdió", se lo tragó una bestia gigante -explicó, lo que casi me da un ataque ansioso.

Había llegado para salir con mi novio a almorzar, pero todo estaba saliendo terriblemente mal.

-¿Murió? -estaba tratando de aguantar las lágrimas, pero sentía que me costaba respirar.

-No -afirmó el dueño de la casa -lo más seguro es que se lo haya llevado al "otro lado".

-¿"Otro lado" de qué? ¿De la vida? -conestó el rubio.

-No, ese es el plano en el que todo es igual, pero no hay nadie o algo así -explicó -lo bueno es que Siete ya vivió allí años. Lo malo es que está en manos o dientes de lo que sea que hayas visto y quiere decir que se volvieron a abrir portales. Pero hay algo peor...

-¡¿Qué podría ser peor?! -reclamó el más alto.

-Que la única que puede cerrar los portales es Once y no podremos hablar con ella si no pasamos por los Bayers -comentó -y no sé si lo recuerdas. Pero ellos lo quieren delatar con su padre para que lo maten.

Cuando volteé a ver al más alto, este ya no estaba, pero en su ausencia escuchamos la bocina de un auto, a lo que salimos.

-¿Vienen tortugas? -gritó desde el asiento del piloto -vamos a salvar al gato.

Con Steve nos miramos y lo seguimos corriendo.

Mi corazón latía con fuerza por el miedo, pero tenía que controlarme si no quería ser una molestia.

Nunca he ido a ese "otro lado", pero las criaturas que he visto de ahí son espantosas.

Espero que Siete se encuentre bien.

El auto volaba en los relieves de las calles y es que íbamos mucho más rápido que el límite de velocidad.

Paramos en seco frente a la casa y Max salió corriendo desde adentro con Will y Dustin siguiéndole.

-¡¿Qué demonios te pasa idiota?! -gritó, pero su hermano siguió de largo hasta adentro seguido por Steve.

-¿Eddie? -cuestionó el de rulos -¿Qué está pasando?

-Una criatura se llevó a Siete al "otro lado" -informé -mientras estaba tratando con Billy...

-¿No habíamos cerrado el portal? -cuestionó la niña.

-No tengo idea -confesé -solo queríamos buscar la ayuda de Once, pero ya todos estamos molestos por lo que le hicieron a Siete.

-¿Y qué le hicieron? -cuestionó Will acercándose.

-Él... -suspiré -dejó de comer hasta el borde de la muerte.

Parecían muy sorprendidos.

-Al parecer es un instinto cuando los felinos están estresados o sienten que no pueden continuar por alguna enfermedad -expliqué vagamente -es como si sus instintos le hubieran estado obligando a dejarse morir. Apenas y habíamos podido hacer que coma y ahora...

-Voy a hablar con mi mamá -se fué el de cabello de tazón enojado hacia dentro.

En dónde sea que estés mi amor, por favor resiste hasta que te salvemos.

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