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Wednesday

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Wednesday

Enid continuaba ignorándome
a pesar de mis intentos de negociación, no estaba consiguiendo absolutamente nada.

-Si no te dejas examinar, no
podremos ver a nuestro cachorro.
-intenté persuadirla nuevamente.

-Ya utlizaste esa excusa.-aclaró.

-¿No quieres ver a nuestro bebé?
-pregunté.

-Si quiero, pero no voy a subirme
a esa balanza, ya le dije cuanto peso
-mencionó muy segura-, si el
no me cree, es su problema, no el
mío, probablemente pese lo mismo,
incluso tal vez menos.-se encogió
de hombros.

-Enid-me quejé-, el peso que le diste es el que aparece en tu ficha médica antigua, eso es lo que pesabas antes de incluso conocernos.

-No es necesario pesarme o
medirme-se quejó-, ¿Es que
acaso la gente se encoge durante el
embarazo?-miró mal al médico,
quien se aclaró la garganta un tanto
incómodo, volviendo su vista a la computadora frente a el.

Enid llevaba casi una hora sentada
en una camilla, y aún no habíamos
conseguido que se dejara examinar,
ya que para eso había que llenar
la ficha médica y ella no tenía
intenciones de subir a la balanza.

-Mientras más rápido terminemos
aquí, más pronto podremos volver a casa.-ofrecí.

-Que tentador-mencionó
sarcástica-, la casa siempre está
llena de gente, ya no me interesa
estar allí.

-Entonces podemos ir a otro lugar
-miré al médico, quien parecía
estar compadeciendo mi vida en
silencio-, podemos ir al centro
comercial y comprar algunas cosas
para nuestro cachorro-ella me
miró insegura-, o ir por algo de comer, tal vez-ofrecí-, podemos
ir a donde tu quieras.

-Bien.-frunció los labios, levantándose de la camilla y
acercándose a la balanza.

-En tu ficha aparece que pesas
45Kg-mencionó el médico,
revisando la balanza-, tienes
que estar de frente, e intenta no
moverte.-señaló.

De mala gana Enid se quedó quieta
como una estatua.

Me acomodé a su lado, intentando
husmear y sentí todo el aire
abandonar mis pulmones al
conseguir ver lo que marcaba la
balanza, miré al médico quien
parecía estar sufriendo una crisis
de pánico, al igual que yo por
tener que informar a Enid sobre la
modificación de su peso.

-Está dentro de lo normal-balbuceó el profesional-, todo está en orden, ¿Ya ves como no era tan terrible?

-Se lo dije-comentó confiada-, ¿Cuanto peso?

El pobre hombre palideció
automáticamente, viéndome como
si yo fuese su salvación.

-Lo de siempre-balbucee-, todo
lo demás es el peso del bebé.

Sigma Σ (Wenclair)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora