025

1.9K 144 8
                                    

Enid

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Enid

Al llegar la alfa a casa, intenté
lucir lo más relajada posible, la
idea era no mostrarme ansiosa, ni
anhelando su presencia.

Pero fue más fuerte que yo, al
entrar a casa ni siquiera le dí
tiempo de dejar las cosas en la
cocina, ni mụcho menos me detuve a saludar a Sofía antes de jalarla por un brazo hasta la habitación.

-¿Pasó algo?-preguntó preocupada.

-Sólo ven aquí.-la empujé por los
hombros hasta dejarla sentada al
borde de la cama.

-No creo que sea un buen
momento-balbuceó ruborizada-,
hay demasiada gente en el primer
piso, y van a notarlo.

-Cierra la boca.-me quejé, tomando su mano y guiando esta hasta mi vientre luego de alzar mi camiseta, ella lucía desorientada mientras me veía interesada al estar aún inmóvil, parada entre sus piernas abiertas.

Su expresión desconcertada me dió
a entender que ya había sentido a nuestros pequeños moverse.

-¡Dios!-dejó escapar en un
gemido ahogado antes de ubicar
ambas manos sobre aquel lugar.

Pude sentir sus suaves labios sobre
mi vientre, antes de apoyar su
mejilla sobre este.

Imaginaba algo como esto, aún así,
siempre que se trataba de nuestros
cachorros no me sentía capaz de
medir sus reacciones.

¡Oh, mierda no!

La humedad en su rostro al apoyar
este sobre mi vientre me dió un
claro indicio de que sucedía, enredé
mis dedos en su cabello, dejando
suaves caricias confortables sobre
su cabeza mientras le daba algunos
minutos para recomponerse.

Ella era tan extremadamente
sensible, para ser una alfa.

Le había visto llorar tantas veces
y en tantos contextos diferentes,
que sentía que prácticamente había
vivido toda una vida a su lado.

Podía sentir su respiración
humedecer mi piel, era irregular,
probablemente intentando no
echarse a llorar como una niña
pequeña, aunque no parecía
capaz de evitar las lágrimas que si
consiguieron humedecer su rostro,
y de paso mi abultado vientre al
estar aún con su mejilla recargada
sobre el.

Ella estaba tan entusiasmada que
comenzaba a temer no cuidar
correctamente de nuestras
manchas, habían tantas cosas que
podían salir mal y no me sentía
capaz de enfrentarlas por mi cuenta.

Si bien era cierto que ya no tendría
que hacerlo, teniendo a mi alfa
conmigo, nada me aseguraba que
ella no terminaría por aburrirse de
mi actitud y dejarme.

Ese tipo de cosas pasaban todo
el tiempo, y a cualquier persona,
no podía ser la única excepción,
pero había tan poco que pudiese
hacer respecto a ello, no es que
disfrute tratar mal a las personas,
simplemente me irritan con
facilidad.

Sigma Σ (Wenclair)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora