Kapitiel 3.

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Esa noche fue mi primera vez, y no estaba siendo consciente de lo que hice, tuve mucho miedo pero no se lo hice notar, no quería que supiera que era virgen, iba a tomarme por tonta, pues solo recuerdo de esa noche quedar dormida y amanecí en un departamento lujoso, recuerdo que llevaba una bata de seda color negro sin nada abajo pues no olvido que Tom echó todo el licor adulterado en mi ouffit nuevo, me dolió mucho pero desperté, estaba sola en esa habitación, recuerdo que había una inmensa TV de casi 70 pulgadas y muchas consolas de juegos, mucha ropa de hombre definitivamente está era la habitación de un hombre, era Tom quien tocó la puerta y le pedí que pase

- Hola al fin despertaste ..
- Hola si .. quería saber dónde está mi ropa, debo regresar por mi amiga, debe estar muy preocupada
- No te preocupes, Yo le avisé que estás bien, ella viene aquí
- ¿Que? Como que viene aquí, Tom que hiciste?
- Mire en tu celular que ella te mandó muchos mensajes y para dejarla tranquila mandé a que la busquen y la traigan, pero como estamos un poco lejos de la ciudad demorará un par de horas así que tenemos tiempo ..
- ¿tiempo para que?
- Ven aquí ...

Tom me puso de rodillas en el piso a los pies de la cama y él se sentó mirándome fijamente, yo estaba nerviosa no podía decirle que no, solo deseaba con muchas fuerzas que volviera a envestirme como anoche, me miró fijamente y me desvistió dejándome sin ningún centímetro de ropa, me puso de espaldas y tomó mi cabello y me hizo una trenza y con una pequeño sujetador lo ató, yo estaba de espaldas cuando sentí sus manos rodeando mi cuello, parte de mi torso, y empezó a recorrer cada centímetro de mi piel con sus labios y su lengua, me encantaba sentir su barba suave sobre mi piel, me estremecía tanto, era como un soplo de vida, realmente estaba disfrutando mi segunda ves y con un desconocido, estoy completamente loca, Tom siguió besándome cuando me volteo mirándolo a él hacia arriba y yo de rodillas, cuando noté que en el pantalón deportivo que él traía se asomo un bulto bastante grande, era su delicioso pene que estaba asomándose por mi, quería introducirme en el, él solo me miró y yo le bajé los pantalones y comencé a succionar suavemente como lo había visto en las pornos de mi hermano, poco a poco fui introduciéndolo en mi boca, recordé no diente solo lengua y fue así como intenté que todo su pene entrara en mi boca, le di fuertes sacudidas con mi lengua, Tom estaba en su clímax más alto de la excitación, estaba quemando por dentro, no olvidé sus bolas, fue lo más delicioso que probé, me encantaba chupársela, y claro que Tom disfrutaba más eso, cuando noté que Tom me tomó entre sus brazos y me llevó a la azotea donde había una enorme piscina con luces ya casi eran las 6:00pm y un hermoso atardecer era testigo de que estaba teniendo sexo con el de la manera más grotesca y deliciosa que pude haber sentido, jamás en mi vida un hombre me tocó como el, era mi primer hombre y estaba dispuesta a todo, me metió a la piscina con él, me alzó las piernas a la altura de su cintura agarrandome como un koala de sus nalgas cuando comenzó a envestirme mientras lamía parte de mi cuello, su cabello largo y mojado rebotaba contra mi rostro y mientras mis senos estaban pegados a su pecho como si fuéramos 1, me repetía muchas veces que era suya, me encantaba la sensación de protector que era el conmigo, me envistió unas 4 veces muy fuerte que hasta sentí que me llegó al estómago, fue algo demasiado excitante, cuando veo que Tom baja lentamente por mi torso llegando hasta mi ombligo y cuando sentí su lengua dentro de mi, fue como tocar el cielo con mis propias manos, sentí demasiada excitación, sentía como mi piel quemaba más de lo normal como si tuviera una fiebre de 40º, me volví loca completamente, sentí , este anciano de 30 años para mí me hizo sentir mujer, su mujer y no podía dejarlo, sentí que Tom me ató a él de una manera animal, lo nuestro solo era carnal, por segundos sentía ternura en sus labios en su mirada pero la mayor parte era sexual, y claro que estaba jugando con fuego pero no tenía miedo a quemarme, quería seguir quemándome hasta que queden mis cenizas en su piel.

SI, si es contigo. (+18) TOM KAULITZ. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora