Capítulo 35

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31 de diciembre

📍Río de Janeiro, Brasil

Pov Madelaine
Aquí en Brasil es verano. He venido a la playa con Theo. Sus hermanos llegarían en una media hora, porque se han despertado hace apenas una hora. Sin embargo, Theo y yo a las ocho de la mañana ya estábamos despiertos y, a pesar de que en casa de sus padres haya una piscina, había preferido en pasar toda la mañana y parte de la tarde en la playa.

Matheo.- ¿sabes mi mayor ilusión?

Madelaine.- dime, cielo.

Matheo.- de que ahora en adelante cuando consiga títulos podré celebrarlo con mi familia.

Madelaine.- ¿familia?

Matheo.- sí, tú, el bebé y yo.

Coge la pelota para empezar a darle toques. Verlo concentrado en la pelota me causa cierta gracia, porque quiere impresionarme.

Madelaine.- ten cuidado con la pelota.

Matheo.- no te daré en la barriga.

Madelaine.- ¿el bebé será futbolista?

Matheo.- posiblemente.

Yo estoy sentada en la silla de playa. Coloca la pelota cerca de mí y se sienta encima de esta.

Matheo.- hola, guapa.

Madelaine.- hola, guapo.

Besa mi rodilla y acaricio su cabello.

Madelaine.- te queda muy bien las mechas en color blanco. Me gusta mucho.

Matheo.- ¿o te gusto yo?

Madelaine.- me gustas tú.

Matheo.- ¿quieres algo?

Madelaine.- agua, porfa.

Se levanta y coge mis piernas para ponerlas sobre el balón para que esté más cómoda.

Pasada media hora, llegaron Alana y Rodrygo a la playa. Ellos tampoco saben que estoy embarazada, Theo no les dijo nada.

Alana.- ¿cómo soportas a Theo?

Madelaine.- me hace caso a todo.

Alana.- lo tienes dominado.

Matheo.- te estoy escuchando, rarita.

Alana pellizca la entrepierna de su hermano y él se lleva la mano a su pene. Yo rio ante eso.

Alana.- ¿le has hecho eso ya?

Madelaine.- ¿pellizcarle ahí abajo?

Alana.- sí.

Madelaine.- no, ¿debería?

Alana.- mucho.

Madelaine.- lo tendré en cuenta para la próxima vez que Theito me saque de mis casillas.

Matheo.- no conspiréis contra mí.

Las dos.- cállate, Matheo.

Theo se acerca más a mí y azota mi nalga con fuerza para después apretármela. Muerde mi cuello y suelto una risita.

Alana.- aleja las manos de mi cuñada.

Madelaine.- demos un paseo por la orilla.

Alana.- ¡oh, sí, por favor! Estaba harta de estar siempre con dos niños.

Rodrygo.- ¡oye, a mí no me metas!

Madelaine.- Alana, vámonos ya.

Theo me besa un par de veces en mis labios. Me separo de él y Alana y yo nos vamos para dar un paseo por la orilla de la playa.

Terreno de juego || Madelaine Petsch Donde viven las historias. Descúbrelo ahora