Capítulo 39

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Pov Madelaine
Theo regresó a casa a medianoche. Me tenía muy preocupada y pensaba que había tenido un accidente con la moto. Él y yo estamos en la habitación, porque debe madrugar.

Madelaine.- me tenías preocupada.

Matheo.- no iba a pasarme nada.

Madelaine.- tienes una familia en casa.

Matheo.- estás muy tensa, Madelaine.

Madelaine.- dormiré.

Apagamos la luz para dormirnos. Él me da la espalda e intento conciliar el sueño.

Sonido del despertador de Theo

Al escuchar ese horripilante sonido de su IPhone consigo despertarme sobresaltada. Theo se queja en susurros y apaga el despertador.

Matheo.- maldita sea...— susurro—.

Madelaine.- cállate. Déjame dormir.

Matheo.- perdón, señorita dormilona.

Habla en portugués. Siempre hace eso para que no entienda lo que está diciendo.

Madelaine.- vete ya y déjame dormir.

Matheo.- no empecemos el día discutiendo.

Se enciende la luz de su mesilla. Verlo despeinado me causa cierta gracia.

Matheo.- ¿de qué te ríes ahora?— cubre su boca—eres una bipolar, Madelaine.

Madelaine.- ¿me follas?

Matheo.- deja de delirar y duérmete ya.

Madelaine.- consiente a tu chica.

Matheo.- Mads, no puedo. Tengo que desayunar y prepararme para irme a entrenar. No puedo llegar tarde otra vez por estar follándote.

Madelaine.- estoy muy mojada.

Se levanta de la cama y la rodea. Abre el cajón de mi mesilla y me da el vibrador.

Matheo.- para algo te lo compré.

Madelaine.- eres un asqueroso.

Matheo.- no soy un asqueroso. Te compré el vibrador para las noches que no estuviese en casa por tener partidos fuera de Milán.

Madelaine.- pero esto no me abraza, no me besa, no me azota. No me satisface como tú.

Matheo.- pues lo siento. Iré a desayunar.

Madelaine.- voy contigo.

Matheo.- Mads, te quiero, pero debes dormir. No has pasado buena noche.

Madelaine.- me tenías preocupada. Te has levantado varias veces para ir al baño.

Matheo.- ¿es malo ir a mear?

Madelaine.- ¿ya tienes la vejiga floja?

Matheo.- ¿me estás llamando viejo?

Madelaine.- puede.

Matheo.- me voy a desayunar.

Madelaine.- dame un beso.

Se agacha para besarme brevemente, apoyando su mano en mi barriga. Theo se va del cuarto, cerrando la puerta detrás de él. Quise acompañarlo, aunque él no quiera. Cojo mi bata de satén azul eléctrico y salgo del cuarto.

Llego a la cocina. Él está muy concentrado troceando un plátano. La cafetera está encendida preparando su café americano diario.

Madelaine.- amor.

Terreno de juego || Madelaine Petsch Donde viven las historias. Descúbrelo ahora