Capítulo 37

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18 de marzo 2025

📍Milán, Italia

Pov Madelaine
Matheo y yo oficialmente somos pareja desde el 18 de enero. Fue un día especial e inolvidable. Hoy él tiene un partido, así que lo vería jugar en el estadio y no por televisión. Nuestras familias supieron que íbamos a ser padres el mes pasado, pero no tendremos uno, sino dos.

Cuando terminase el partido, haríamos la revelación de sexo. Theo y yo no sabíamos cuál era, solo lo sabían dos chicas, que son novias de compañeros del equipo de mi brasileño. Ellas me acompañaron a mi cita con la ginecóloga.

Es sábado. El partido de Theo comienza a las seis y media de la tarde. Aún es por la mañana, pero madrugó para entrenar en su gimnasio personal y practicar tiros de faltas y penaltis.

Quise ir a hacerle una visita con una rica limonada que le acabo de preparar. Entro en el gimnasio y lo veo en una máquina ejercitando sus brazos. La música se reproduce a un volumen bastante alto por todo el gimnasio.

Madelaine.- amor.

Detiene su ejercicio. Seca el sudor de su frente con una toalla pequeña. Él está sin camiseta, las venas de sus brazos se les remarca. Con el embarazo tengo las hormonas revueltas y lo único que hacemos es tener sexo.

Matheo.- uhm, limonada.

Viene hasta a mí para tomar el vaso y beber. Coloca la mano en mi barriga.

Matheo.- ¿cómo están?

Madelaine.- te extrañan.

Matheo.- ¿y la madre?

Madelaine.- aún más.

Se bebe lo que queda de limonada. Recorta distancias conmigo, pasando su mano por mi cadera hasta llegar a mi culo. Meto mi mano por dentro de sus pantalones y lo caliento.

Matheo.- oh, mierda.

Madelaine.- ¿hacemos cardio?

Matheo.- sí.

Me obliga a arrodillarme. Tiene una maldita sonrisa de perversión en su rostro.

Acabamos en la cama. Estoy exhausta. Theo está riéndose de mí por ver mis piernas temblar, es un maldito capullo.

Matheo.- has disfrutado mucho, eh.

Madelaine.- el sexo cada vez es mejor.

Matheo.- no te lo niego.

Madelaine.- deberíamos comer, ¿no?

Matheo.- sí, tengo que irme a las cuatro y media al estadio para entrenar.

Madelaine.- yo iré a las seis para allá.

Matheo.- vale.

Pasa sus dedos por mi barriga. Se acerca más a mí y agarro su polla.

Matheo.- no, por favor. Ya me duele.

Madelaine.- exagerado. Sólo debes meterla.

Matheo.- debo tener energía para esta tarde.

Abre la botella de agua para beber un poco. Se separa y se agacha para alcanzar sus calzoncillos Calvin Klein y ponérselos.

Madelaine.- hey, ¿dónde vas?

Matheo.- al baño.

Madelaine.- pero ahora vienes.

Matheo.- sí, exigente.

Entra en nuestro baño privado. Yo aún permanezco desnuda en la cama. Theo me ha follado de una manera muy dolorosa, pero aún así he disfrutado muchísimo.

Terreno de juego || Madelaine Petsch Donde viven las historias. Descúbrelo ahora