Capítulo 40

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16 de julio

Pov Matheo
Mads y yo llevamos desde ayer en el hospital. Los mellizos están a punto de nacer. Nuestra familia vino hace una semana. Aunque ahora en el hospital solo estamos los dos.

Matheo.- ¿necesitas algo?

Madelaine.- no. Sólo quiero tenerlos ya. Me duele todo el cuerpo. Estoy agobiada, Matheo.

Matheo.- estoy aquí contigo.

Madelaine.- ¡¿para qué me embarazas?!

Matheo.- desahógate.

Aprieta mi mano con fuerza. Creo que se trata de otra contracción. No me importaba nada sí me destroza la mano. Es lo de menos.

Madelaine.- odio todo esto.

Matheo.- eres una guerrera, Mads. Sólo te quedan dos centímetros para dilatar más.

Madelaine.- los necesito fuera inmediatamente.

Matheo.- ya queda poco, cariño.

Madelaine.- quiero dormirme y despertar cuando haya pasado esta pesadilla.

Matheo.- estaré contigo en el parto, amor.

Madelaine.- no aguanto más...

Aparto los mechones rebeldes de su rostro y dejo un beso en su frente. Los mellizos se hacen de rogar y eso destruye a Mads por dentro.

Las horas siguientes fueron muy largas y duras para Madelaine. Llevamos unas tres horas en el paritorio y está muy agotada. Mi mano izquierda está destrozada de su fuerte agarre. No deja de llorar, sudar y maldecir. Yo intento no mirar más hacia abajo para no marearme.

Enfermera.- venga, Madelaine, ya falta poco.

Matheo.- amor, ya la has oído. Venga.

Unos quince minutos después, Alessandro fue el primero en nacer, detrás de él, a los pocos minutos nació Lili. Yo no dejo de llorar.

Matheo.- lo logramos, amor— asiente, cansada, pero quiere que la bese— te amo.

Se queda dormida. Yo permanezco a su lado.

Enfermera.- debes salir.

Matheo.- está bien. Te veo luego, princesita.

Vuelvo a besarla y ya me marcho. Al salir de la sala, todos corren hacia mí.

Nicole.- ¿cómo ha salido?

Matheo.- son preciosos. Mads está dormida. Primero nació Aless y luego Lili.

Mi madre se derrumba y yo la abrazo.

Nicole.- estoy muy orgullosa de ti, hijo, has sido padre con la mujer que amas.

Matheo.- te quiero mucho, mamá. Estoy deseando que todos conozcáis a mis mellizos.

Dejo de abrazarla y Michele no duda en acercarse para darme también un abrazo.

Michele.- gracias por ser tú y no otro.

Matheo.- no me agradezcas, suegra.

Shaun.- Theo, necesitas un café.

Matheo.- y mucho.

Mis hermanos, Shaun y yo iríamos a la cafetería del hotel para tomarnos un café. Mis padres y mis suegros se quedarían esperando por sí llegaba algún médico para informarles de que ya podían ver a Mads y a los mellizos.

Alana.- ahora solo falta el casamiento.

Matheo.- tiempo al tiempo. Ahora nos centraremos en nuestros hijos.

Terreno de juego || Madelaine Petsch Donde viven las historias. Descúbrelo ahora