Ojos en la oscuridad.

Noche de pizzas: Cena con invitados... (Parte 2)

-Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores...-Margarita, entró en pánico; se colocó de rodillas en el suelo y comenzó a realizar plegarias-.
-¡Por favor, Carlos; dadle un vaso de agua y que descanse en el sofá! Ya dije que esto, no traería nada bueno...-Dijo Luís, mientras trataba de tranquilizar a su madre-.

Las luces llevaban todo el tiempo parpadeando. Los grifos, chorreaban entre sus juntas. De pronto, la foto de bodas de Frán y Azucena; cayó del mueble del comedor. El suelo se llenó de cristales. Y en ese momento, se fue la corriente; llenando la casa de un silencio frío, dominado por la oscuridad.

Las dos mujeres, entraron en trance; apenas tuve tiempo para reaccionar.

-¡Déjenlas! Si queréis darles un poco de agua; me parece bien. Pero si ellas deciden quedarse ahí; en el suelo, rezando; por muy mal que sea para sus rodillas... No veo motivo alguno para impedírselo; es el único modo que tienen de desahogarse y liberar la tensión acumulada...-Les dije-.

A Luís, no le gustó la idea; contuvo la respiración y le dio el vaso de agua a su madre. Carlos, hizo lo mismo con Margarita.

MeiShui, estaba tranquilizando a Dexter; que no dejaba de relametearla. Ella era la mas angustiada; por mucho que guardara las apariencias...

Pese al ambiente lúgubre y sombrío; a la casa, volvió la tranquilidad. Los grifos dejaron de gotear y un escalofriante silencio, dominó la habitación. Solo se escuchaba, el paso de los coches; unos pisos más abajo.

Sebastián y Sergio, se miraron preocupados:

-Nunca en mi vida, había visto algo parecido...-Dijo Sergio-. ¿Por qué no habéis traído las cámaras? O los micrófonos...

-Ya conocéis mi forma de trabajar... No haré nada que pueda comprometer o poner en mayor riesgo a la familia. Por respeto a ellos y por respeto al difunto. Aunque tampoco pensaba que se tratara de un difunto...

-"¡¡¡DIOS!!!"-Cuatro muchachos salieron de una furgoneta; parecía que se les había quemado algo...-.

-¡Madre mía! La que han liado ahí abajo...-Dijo MeiShui, que se había asomado al balcón-.

-Madre mía; la que tenemos liada nosotros...-Le respondí-.

-¿Les pido ayuda?

-Por el momento no. Puede que luego, sea demasiado tarde; pero, por ahora, si el espíritu o lo que sea, de verdad quisiera hacernos daño... Ha tenido muchos días para hacerlo, ¿no? Yo creo que lo que él quiere; es decirnos algo. Algo que no pudiera decirnos en vida.

-Pero... Si mi Paco, murió en paz... Joven; pero en paz; junto a todos nosotros...-La mujer estaba desesperaba. Y eso; que estaban acostumbrados a episodios bastante más espeluznantes y violentos. Lo que vivíamos ahora, no era nada, comparado con los sucesos de días anteriores a nuestra llegada. Eso nos aseguraban sus hijos-.

-¿Podría decirme, de que murió su marido, Azucena?-Preguntó Sebastián-.

Él era, el más entendido en el arte del esoterismo. De niño, había presenciado distintos exorcismos; como monaguillo de la iglesia de su pueblo. Y él fue, quién me enseño a convivir con mis habilidades; según él, un don, regalado por Dios...

-Era senderista. Murió por la picadura de un insecto; nunca nos dijeron de que especie se trataba...-Dijo Luís-.

-Lo lamento...-Respondió Sebastián al ver que su pregunta abría viejas heridas-. Pero puede que todo esto gire en torno a su muerte... Así que, les agradeceríamos que hagan un esfuerzo y no se dejen detalle; por el bien de nuestra investigación...

La familia quedó más calmada. Mientras nos explicaban, nada paranormal volvía a suceder. Sergio tomaba nota de lo que decían. Y yo trataba de hacerme una idea de los hechos; intentaba visualizarlo y encajarlo todo pieza por pieza. Pero ya no sentía nada extraño, parecía que el espíritu se había marchado.

En un instante, llamaron al timbre: era el repartidor, trayéndonos las pizzas...

-¡Ya ha vuelto la luz! -Exclamó MeiShui-.

Todos quedamos paralizados. Porque en verdad, no sabíamos si se trataba del repartidor. Visto lo visto, podría tratarse del espíritu en persona; tratando de manifestarse...

Cuándo subió el repartidor, traté que no se acercara mucho a la puerta; si el espíritu con el que tratábamos era maligno, podría aprovechar a éste, como vía de escape.

-¿Cómo vais?-El repartidor estaba al tanto de todo. Muy pocos eran los que aceptaban acercarse; sobre todo, quiénes habían hablado con el fantasma, después de darse a luz la noticia-.

-Ya nos ves... Estás cosas llevan su tiempo...-Le dí una nota entre los billetes-. Entregaselo a tu encargado, él sabrá que hacer...

No sabía por cuanto tiempo volvería a estar el suministro y no quería aumentar el pánico. En esa nota, iba el número del director del programa; si le llamaban ahí, significaba que estábamos en problemas y él, movilizaría al resto del equipo.

No me gusta tomar éstas medidas. Pero ante el delicado estado de salud de Margarita y Azucena; debía tomarlas.

Estuvimos cenando y nada escapaba de la normalidad. Sebastián y Sergio consiguieron calmar los ánimos de las mujeres. MeiShui también colaboró. Aunque no dejaba de repetir historias que le había contado; donde me ví cara a cara con la muerte. Asombrosamente, esto no les puso más nerviosos, sinó más bien; les mantuvo distraidos...

Sin darme cuenta, se hicieron las 23:45h...; cuándo, me llamó el Jefe del equipo y el Director del programa. Nadie sabía de lo que estábamos hablando; les dije que era para la realización del programa.

Se mantuvo un equipo en las proximidades hasta las 1:17am. Y aproveché para mantenerles al tanto de la situación.

-Muy bien, recordad, Azucena; ponerle una vela a su marido. Así, si se trata de él, se calmará. Y si no, velará por su casa y por ustedes.-Les dije mientras me despedía-. Si tenéis Fe, refugiaros en ella. Aunque no lo crean, las personas religiosas tienen más difícil el contacto con espíritus.-Añadí-. Sinceramente, estoy un poco preocupado... Porqué todavía, no consigo encontrar una explicación lógica de lo que sucede. Veremos que tal vais la semana que viene...